El paranense Gonzalo Caudana fue detenido la semana pasada por amenazas. Quiso secuestrar a la hija de un vendedor de drogas regional que le disputa el negocio. Sus vínculos con santafesinos. El pedido del Fiscal General federal para que no recupere la libertad.
El viernes 12 de junio, el jefe narco paranaense Elbio Gonzalo Caudana, alias “El Gordo” llegó hasta la Escuela Centenario de Paraná con su VW Bora con un objetivo: retirar bajo amenaza a la hija de 11 años de un narco regional que opera en la zona y que le disputa el negocio a Caudana. Hasta hace poco eran compinches con el papá de la nena, pero el rubro genera mucho dinero y éste rompe cualquier vínculo. La mamá de la nena recibió un llamado de una docente de la escuela comentándole la situación. A pesar del miedo, la madre hizo la denuncia en la policía primero y luego en la Fiscalía.
El caso fue resonante, no sólo por el objetivo de Caudana sino , sobre todo, porque el condenado por vender drogas debía estar en su comercio – una fábrica de hielo- como lo exige el dictamen de la jueza de ejecución penal de la justicia federal paranaense, Noemí Berros, que le permitió acceder al régimen de libertad asistida, pese a que “El Gordo” violó todos los regímenes anteriores.
La mamá de la nena es la ex mujer de Martín P. un narco paranaense que según los investigadores tuvo un crecimiento notable en los últimos tiempos, producto de la venta de drogas. La saga de violencia siguió por la tarde en un barrio de la capital entrerriana, donde los dos ex amigos se tirotearon a la vista de vecinos.
Caudana nunca respetó las decisiones de la justicia federal respecto a las condiciones de la ejecución de la condena, impuesta por el Tribunal Oral en 2011. Por cierto, cuando obtuvo el beneficio de la prisión domiciliaria una de sus primeras actitudes fue la de querer atravesar el túnel subfluvial con un bolso con 300 mil pesos. Lo detuvieron antes efectivos entrerrianos de la policía. Aquella vez iba a bordo de un auto comprado a un abogado santafesino, hermano de un ex condenado por tráfico de precursores químicos que tuvo como destino una cocina de drogas en Tostado, provincia de Santa Fe. “El Gordo” tuvo el asesoramiento letrado de otro abogado santotomesino. Caudana pudo obtener el beneficio de la prisión domiciliaria por motivos de salud, pero utilizó esa morigeración para volver al negocio, de acuerdo a los informes de inteligencia de los investigadores antinarcóticos locales.
Mientas gozaba de su vida casera quiso ahorcar a su ex mujer en una clínica de Paraná, donde estaba internada. El intento fue informado por personal del Servicio Penitenciario entrerriano y fue adjuntado por el Fiscal General del TOF de Paraná, José Ignacio Candioti, cuando la defensa del condenado solicitó en marzo pasado la libertad asistida.
En este contexto, la jueza de ejecución penal del TOF, Noemí Berros, deberá valorar los nuevos elementos incorporados a partir de las últimas andanzas de Caudana, que por 30 días permanecerá detenido mientras se resuelve la situación procesal por las denuncias en su contra por amenazas y el intento de secuestro de la niña de 11 años. Esa causa está radicada en la justicia provincial y es tramitada por la fiscal María Jimena Ballesteros. En tanto que en el ámbito federal persiste el pedido del Fiscal Candioti para que Caudana regrese a prisión a cumplir su condena, que caduca en dos meses.
Caudana fue varias veces condenado por venta de drogas en Paraná. Tiene fluidos lazos con la ciudad de Santa Fe donde extendió su negocio –según los pesquisas antinarcóticos- en los barrios San Agustín, Pompeya, Chaqueño y Los Troncos de la mano de delincuentes comunes y personal policial en actividad o retirado.