El dato de reparaciones falsas, facturas “infladas” y arreglos mecánicos truchos llegó de manera anónima al ministerio de Seguridad hace dos meses. La cartera a cargo de Pullaro hizo la denuncia penal y el viernes se realizaron varios allanamientos en la ciudad, incluido el Departamento de Logística de la Policía Provincial.
Autos de uso policial secuestrados, allanamientos en talleres mecánicos y en casa de repuestos de automóviles fue el saldo de varios operativos ordenados el viernes pasado por la tarde por el fiscal de grado local Roberto Apullán en el marco de una investigación que impulsó hace casi un mes el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro a partir de una denuncia anónima que llegó a su poder.
El escrito sin firma daba cuenta de una serie de maniobras donde personal de la División de Logística de la Provincia fraguaba con datos falsos, facturas infladas y todo tipo de maniobras fraudulentas la mantención de un parque automotor de 10 autos – en principio- que estaban bajo la órbita de la propia Jefatura de la Policía. “Pasaban arreglos de todo tipo, por desperfectos mecánicos, por chapa y pintura, todos tendientes a lograr un beneficio económico evidente”, confiaron a este medio fuentes de la investigación.
E viernes por la noche, bajo las órdenes de Apullán varias brigadas integradas por personal de la PDI, de TOE y de Asuntos Internos allanaron talleres mecánicos, casa de repuestos de automóviles y secuestraron una decena de coches identificados. Las medidas también incluyeron una acción audaz: el allanamiento de la División de Logística de la policía santafesina.
Entre la documental secuestrada hay facturas de importantes montos dinerarios firmadas y autorizadas por altísimos jefes policiales que hasta poco estaban al mando de la fuerza.
La investigación está celosamente resguardada por el fiscal a cargo y los pesquisas de PDI y Asuntos Internos que intervinieron directamente en los procedimientos. Apullán pidió la colaboración de peritos de la Gendarmería para continuar con el expediente.
Héctor M. Galiano.