El presidente de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere está siendo investigado por el delito de administración fraudulenta, junto a sus hermanos Arturo Sebastián y Juan Diego Etchevehere y la madre de los tres, Leonor María Magdalena Barbero Marcial. La demanda está radicada en el Juzgado de Instrucción número 3, a cargo de Alejandro Grippo, con la intervención de la fiscal Evangelina Santana. La causa busca determinar las maniobras financieras de la estancia Las Margaritas S.A., propiedad de la familia demandada, que cuenta con 5.000 hectáreas dedicadas a la agricultura y a la ganadería. En un informe periodístico publicado este lunes, indicó que en el expediente judicial se investiga si los demandados desviaron dinero de un préstamo millonario del Banco Itaupú al que accedió Las Margaritas hacia otra compañía del mismo grupo, Construcciones del Paraná S.A., lo que está prohibido por la Ley de Sociedades Comerciales y penado como defraudación en el Código Penal.El informe publicado por Página/12, sostiene que el expediente judicial número 55.212, investiga si los demandados redireccionaron dinero de un préstamo millonario del Banco Itaú al que accedió Las Margaritas hacia otra compañía del mismo grupo, Construcciones del Paraná S. A., algo que está prohibido por la Ley de Sociedades Comerciales y penado como defraudación en el Código Penal.
Al ponerse la lupa sobre los manejos financieros de Las Margaritas, surgieron otras inconsistencias en los balances de la compañía. La Justicia investiga si los demandados inflaron sus costos para reducir sus márgenes de ganancia, lo que redundaría en una posible evasión fiscal. La estancia está intervenida a raíz de un complejo juicio sucesorio, por el Juzgado en lo Civil y Comercial No 7, actualmente a cargo de Martín Furman.
Antes de asumir como presidente de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere ocupaba la conducción de la Rural de Entre Ríos. Al ascender, dejó en su puesto a Esteban Vitor, vicepresidente de Propuesta Republicana (Pro) en la provincia, síndico de Las Margaritas y apoderado de Etchevehere. Su hermano Juan Diego Etchevehere es uno de los directores de la estancia y presidente de la Fundación Pensar (Pro) en Entre Ríos. Su otro hermano, Arturo Sebastián, es el integrante del grupo familiar que siguió ligado al histórico El Diario de Paraná. Desde ese rol, ocupa un lugar en la junta de directores de Adepa. La madre de los tres hermanos es la octogenaria Leonor María Magdalena Barbero Marcial, quien estuvo casada con Luis Félix Etchevehere, hasta la muerte de éste en 2009.
En esta historia hay un personaje que no fue nombrado: la hermana de Etchevehere. Ella es quien lleva adelante la querella contra los otros accionistas de Las Margaritas, por considerar que sus familiares directos cometieron defraudación al contraer créditos para sus propios beneficios, según puede leerse en el texto de la demanda penal. No aparecerá mencionada con nombre y apellido porque los demandados consiguieron una medida cautelar (bozal legal) para impedirle hablar de la causa -algo que corroboró este diario al intentar comunicarse con ella- o aparecer en los medios de comunicación.
La investigación comenzó en el momento en que los Etchevehere vendieron el 60 por ciento de El Diario de Paraná -Sociedad Anónima Entre Ríos, SAER- al financista santafesino Walter Grenón, y crearon una empresa para transferir inmuebles que eran parte del capital accionario del diario. Vendieron su parte, que incluía los inmuebles, para luego “volverlos a comprar”. De los elementos que figuran en la causa a la que tuvo acceso este diario puede inferirse que el objetivo fue sacar de la sucesión inmuebles por más de 14 millones de pesos. La querellante de esta causa había sido excluida de la venta del diario y de las instancias legales vinculadas a Las Margaritas, a pesar de ser una de las herederas.
Del balance societario cerrado en diciembre de 2011, impugnado en sede judicial, surge que la sociedad incrementó su pasivo de 447.303 pesos a 1.747.511 pesos. El endeudamiento se originó en los préstamos tomados en el Nuevo Banco de Entre Ríos S. A. por al menos 500.000 pesos y en el Banco Itaú por 1.066.000 pesos. En los mismos asientos contables figura el ítem Cuenta Particular de Accionistas, es decir, dinero retirado por los demandados, por 1.066.000 pesos. La querella preguntó en el expediente por qué habían solicitado ese crédito y luego retirado el dinero, sin ser aprobado en asamblea. La respuesta que le dieron al juez desde el Grupo Etchevehere fue que “esa plata había sido solicitada para sembrar pero, como el clima fue desfavorable, la usamos para otro negocio”.
La ley de sociedades establece que los dividendos “no pueden ser aprobados ni distribuidos a los socios, sino por ganancias realizadas y líquidas resultantes de un balance confeccionado de acuerdo con la ley”. Es decir, no contempla la toma de un crédito para realizar otros negocios particulares. El Código Penal lo califica de defraudación, entendida ésta como: “El que, por disposición de la ley, de la autoridad o por un acto jurídico, tuviera a su cargo el manejo, la administración o el cuidado de bienes o intereses pecuniarios ajenos, y con el fin de procurar para sí o para un tercero un lucro indebido o para causar daño, violando sus deberes perjudicare los intereses confiados u obligare abusivamente al titular de éstos” (artículo 173, inciso 7).
Al mismo tiempo en que el Banco Itaú les concedió ese préstamo, los demandados constituyeron la empresa Construcciones del Paraná S. A., el 2 de agosto de 2011, que hasta la fecha no registra movimientos de actividad comercial ni flujos de ingresos de dinero. “La coincidencia temporal permite pensar que aquellos fondos que fueron entregados a mis familiares por la sociedad Las Margaritas S. A. y que se originaban en los préstamos obtenidos del Banco Itaú fueron destinados a capitalizar dicha ‘nueva’ sociedad adquirente de los bienes malvendidos por SAER”, puede leerse en el texto de la querella.
Los hermanos Etchevehere y la madre habrían tomado el dinero de un préstamo para justificar la capitalización de una empresa, Construcciones del Paraná S. A., que había adquirido inmuebles por 4,5 millones de pesos, según consta en el acta de directorio de SAER fechada el 20 de marzo de 2012. El resto del dinero para justificar esa transferencia de inmuebles entre empresas asociadas lo habría aportado Grenón, quien se quedó con otros inmuebles por un valor superior a los 10 millones de pesos. De esta manera, Luis Miguel, Sebastián y Juan Diego quitaron bienes de la sucesión, en perjuicio de la demandante y en beneficio de ellos mismos.
En el expediente se le consultó al síndico de la empresa, Esteban Vitor, por el destino del crédito tomado con el Itaú. El 2 de marzo de 2013 también hubo una carta documento. Nunca respondió. La querella interpeló al contador Guillermo Budasoff, un joven de 32 años que está al frente del estudio contratado por el grupo Etchevehere. Este joven profesional es la cara visible del estudio que tenía Julio Rubén Budasoff, quien perdió su licencia al ser condenado por evasión tributaria. Guillermo Budasoff tampoco respondió las dudas surgidas en el balance cuestionado.
La historia no termina con este préstamo. Los registros del Banco Central dan cuenta de que, a diciembre de 2011, Las Margaritas tenía deudas con los bancos Bersa, Itaú, Credicoop, HSBC y Patagonia por 2.291.400 pesos, una diferencia de 543.888 pesos con lo que aparece declarado en el Balance 2011. En el expediente se está investigando el destino de esos recursos. El juez Grippo requirió información a los bancos locales que otorgaron préstamos a Las Margaritas, que todavía no fueron respondidos. Incluso, Las Margaritas habría recibido préstamos del Banco de Entre Ríos luego de haber sido intervenida judicialmente.
Inflados
La estancia Las Margaritas S. A., del grupo Etchevehere, cuenta con 5.000 hectáreas y 3.500 cabezas de ganado en una de las zonas más ricas de Entre Ríos, Paraná. Cultivan soja, trigo y otros granos. También poseen un tambo. La investigación judicial por defraudación derivó en el análisis minucioso de los balances presentados en 2010 y 2011. En el primer caso, el Grupo Etchevehere declaró un resultado del ejercicio después del Impuesto a las Ganancias de tan sólo 300.720 pesos. En el balance consolidado del año siguiente corrigieron el resultado anterior, al declarar una ganancia menor, 103.229 pesos. En el balance 2011 declararon una ganancia de 1.503.083,38 pesos. Estos bajos niveles de rentabilidad para una estancia de 5000 hectáreas dedicada a la agricultura y ganadería encendieron las alertas de los investigadores.
Uno de los puntos bajo sospecha tiene que ver con la hacienda declarada. Las Margaritas cuenta con 3.500 cabezas de ganado. En el ejercicio 2011 declararon como bienes de cambio la hacienda vacuna por un total de 3.399.180 pesos, pero llamativamente la actividad arrojó, para ese período, una pérdida de 641.300 pesos. Este resultado fue objetado judicialmente.
Para el caso, vale realizar un ejercicio hipotético para dar cuenta de lo que podría representar la actividad ganadera en esa región. Si se tomara un total de 1.000 hembras (de las 3500 cabezas), con un 80 por ciento de destete, arrojaría un total de 800 terneros al año. La producción que termina comercializándose son los terneros convertidos en novillos gordos, de 420 kilos aproximadamente. Por lo tanto, habría que multiplicar 800 novillos por 420 kilos por 14 pesos cada uno, números bastante conservadores.
En total, serían 4,7 millones de pesos de facturación. La utilidad promedio se calcula en un 30 por ciento, por lo tanto la ganancia sería de 1.410.000 pesos. El 20 por ciento de las vacas que quedan puede venderse a 8 pesos por kilo, lo que sumaría una ganancia adicional de 192.000 pesos. Es muy difícil que una actividad ganadera de tal magnitud arroje pérdidas, más si uno de sus dueños, Luis Miguel Etchevehere, también es propietario de una compañía que organiza remates, con un movimiento semanal de 1500 cabezas, aproximadamente.
En 2010, los Etchevehere declararon pérdidas en ganadería por 311.520 pesos, y en 2009 las pérdidas declaradas fueron de 1.704.665 pesos. Los resultado del 2010 también fueron objetados en sede judicial. Otro ejercicio sería calcular el rendimiento de una hipotética siembra de soja. Si el Grupo Etchevehere destinara solamente 2500 hectáreas a la agricultura, por dar un ejemplo, con un rinde de 35 quintales por hectárea, Las Margaritas debería producir como mínimo 8700 toneladas de soja en un solo semestre. En 2011 el precio de la oleaginosa fluctuó bastante, pero rondó los 500 dólares. Esto equivaldría a una ganancia hipotética para la compañía de 4,3 millones de dólares, que descontado un 15 por ciento de sueldos y agroquímicos daría un total de 3,64 millones de dólares. Un resultado distante al expresado en los balances.
Si la estancia arrendase por ejemplo 2500 hectáreas para agricultura, la empresa habría obtenido por la actividad rentística una facturación de 18.750.000 dólares. Esto surge de multiplicar 15 quintales (1,5 tonelada) por hectárea -como medida de pago por el alquiler- por la cotización de la soja del momento (500 dólares). Este es un ejemplo hipotético, sólo utilizable para contextualizar y comprender lo exiguo de las ganancias declaradas por el Grupo Etchevehere.
Teniendo en cuenta estos escenarios, además de la defraudación comprendida en el artículo 173, inciso 7, del Código Penal, se está investigando si también existió una defraudación directa al fisco, por inflar los costos de producción y empujar los resultados societarios a la baja y de esa manera evitar el pago de impuestos.
Maniobra
El Diario de Paraná es un histórico medio de esa ciudad, fundado en 1914 por Luis L. Etchevehere, el bisabuelo del titular de la Sociedad Rural. A su muerte, la dirección estuvo a cargo de su hijo Arturo J. Etchevehere, abuelo de Luis Miguel, Arturo Sebastián y Juan Diego. Luego lo sucedió Luis F. Etchevehere, el padre de éstos, quien falleció el 6 de septiembre de 2009. En 2010, dos de los accionistas, el ex diputado nacional Arturo Roosevelt Etchevehere (UCR-Entre Ríos) y el ex magistrado Ivar Etchevehere decidieron vender sus acciones y solamente quedó en la empresa Leonor Barbero Marcial, viuda de Luis F. Etchevehere. Con ella, Luis Miguel, Arturo Sebastián y Juan Diego aumentaron su participación accionaria del 33 al 40 por ciento del diario, mientras que el restante 60 por ciento fue vendido al financista santafesino Walter Grenón, dueño de la Red Mutual.
El 20 de marzo de 2012 se realizó una reunión de directorio en la que los accionistas del diario, el grupo Etchevehere y Grenón, informaron que debido a las deudas contraídas por el matutino debían vender una serie de inmuebles que formaban parte del capital accionario de la empresa. “Hay una propuesta razonable de compra por parte de la empresa Construcciones del Paraná S. A.”, sostuvo Leonor Barbero Marcial durante la reunión de directorio. Lo curioso es que los propietarios de esa empresa son los hermanos Etchevehere y Barbero Marcial. En total, se transfirieron a sí mismos ocho inmuebles por un total de 4,5 millones de pesos. El 16 de marzo aprobaron la transferencia de otros siete inmuebles por un total de 10,8 millones de pesos a las sociedades Nexfin S. A. y Arroyo Ubajay, cuyo propietario es el mismo Grenón.
En la causa penal radicada en el juzgado No 3 de Entre Ríos, a cargo de Alejandro Diego Grippo, se investiga cómo Construcciones del Paraná S. A., compañía que no registra actividades comerciales, justificó el dinero suficiente para adquirir en los papeles los inmuebles citados. Una de las hipótesis que maneja la querella, según se desprende del expediente al que accedió Página/12, es que los demandados derivaron recursos de la empresa Las Margaritas hacia Construcciones del Paraná, para concretar una transferencia encubierta. A su vez, Grenón habría aportado dinero para justificar el traspaso. Según las actas de directorio de la empresa SAER del 20 de marzo de 2012, “la venta” de los inmuebles se realizaba para saldar las deudas del diario. Sin embargo, al cierre de ese año, SAER mantenía pasivos con el sistema financiero por 2,5 millones de pesos.
Este traspaso de inmuebles de SAER hacia Construcciones del Paraná S. A., ambas propiedad del Grupo Etchevehere, fue lo que motivó la demanda penal por defraudación, ya que los demandados habrían tomado un préstamo y retirado el dinero a título personal por 1,06 millón de pesos para justificar las compras de los inmuebles, o bien, entregárselo a Grenón. El saldo fue el vaciamiento patrimonial de SAER, y la quita de bienes de una sucesión, con un perjuicio patrimonial para Las Margaritas y fundamentalmente para la hermana de Etchevehere, querellante en la causa. Arturo Sebastián Etchevehere es quien está ligado a la conducción del diario, quien a su vez ejerce un cargo en Adepa, y es el promotor del bozal legal contra la hermana del titular de la Sociedad Rural. Quien negoció con Grenón la transferencia del 60 por ciento del diario y los inmuebles por 10 millones de pesos para este último fue justamente Luis Miguel Etchevehere. Grenón duró poco en la sociedad. Una vez que se hizo de los inmuebles, vendió su participación al empresario de medios, también santafesino, Ramiro Nieto. El último gran movimiento de Grenón ocurrió hace pocos meses, cuando adquirió la totalidad del MBA Lazard (Merchant Bankers Asociados), entidad que pertenecía al empresario Alejandro Reynal, investigado por delitos de lesa humanidad y lavado de activos a través de la estructura del propio MBA.
“No tengo información”
Luis Miguel Etchevehere negó tener información sobre la demanda en su contra.
–Etchevehere, le consulto por una demanda penal radicada en Entre Ríos en su contra y sus hermanos.
–¿Una demanda penal? No, no…
–Sí, una demanda penal vincula a la empresa Las Margaritas por el desvío de créditos e irregularidades en los balances.
–No tengo información.
–La demanda está en el Juzgado número 3 a cargo de Grippo, ¿no lo sabe?
–No.
–La demanda tiene un tiempo largo.
–Voy a mandar a averiguar, le agradezco mucho.
–Extraño que no sepa, teniendo en cuenta que también están sus hermanos y su madre implicados.
–Me toma por sorpresa, voy a averiguar de qué se trata y una vez que tenga la información no tengo problema en hablar.
–Esteban Vitor, que es síndico de la empresa, ha respondido cuestiones vinculadas con la demanda, hay un cúmulo de información sobre el tema.
–Perfecto, pero usted me está hablando de un juicio penal. Una demanda civil es una cosa distinta.
–Hay una instancia civil y otra penal donde se lo investiga por el delito de defraudación penado por el Código Penal.
–Bueno, le agradezco el dato y cuando tenga más información charlamos.