El Equipo de VIH está integrado por profesionales de distintas espcialidades y es referente en a región. Allí se realizan test rápidos y de laboratorio. Preocupa también el incremento de casos de sífilis. Un llamado de atención sobre el poco uso de preservativos.
En la planta baja del Centro de Especialidades Médicas de Santa Fe (Cemafe) se ubica el Comité de VIH, integrado por profesionales de diferentes disciplinas que abordan en forma integral una temática de la que poco se habla pero que sigue plenamente vigente; tanto que en el último año hubo 50 diagnósticos nuevos, de acuerdo a lo informado por la periodista Nancy Balza en el Diario El Litoral
Laura Trosch, médica clínica, Patricia Barrientos, administrativa, y Dorina Ponsoni, enfermera y administrativa, integran el equipo de 11 personas y dialogaron con El Litoral sobre mitos, miedos y verdades de una epidemia que se puede detectar con un análisis.
«Un resultado positivo no es un diagnóstico; es una alarma que se debe reconfirmar con una segunda muestra que, en caso de ser positiva, va a una reconfirmación diagnóstica con técnicas específicas. Recién ahí se hace el diagnóstico y se inicia en forma inmediata el tratamiento», explica la médica. Sin embargo, el enfoque de ese tratamiento dependerá de estadío de la infección, es decir, si es reciente o no. Se estima que el 35 % de las personas diagnosticadas en Santa Fe y alrededores se encuentran en un estadío avanzado de la infección.
En ese punto, la aclaración válida es que VIH no es igual a Sida: «VIH es la etapa de infección que puede durar 6, 8 o 10 años, y Sida es la etapa más avanzada donde las defensas están muy bajas y las personas presentan infecciones oportunistas que son graves». «Hoy se sabe que algunos tipos de cáncer están asociados al VIH», advierte Trosch solo para reforzar la importancia de tener un diagnóstico temprano.
«Cemafe es el centro de referencia de la ciudad de Santa Fe y alrededores; la mayor cantidad de testeos se realizan aquí con análisis clínicos a la persona que se presenta al equipo (que funciona en planta baja). Si esos resultados son positivos, los ve el equipo y se establece si el paciente sigue su atención y tratamiento en la órbita pública o privada en caso de que cuente con obra social».
El tratamiento comienza apenas se obtiene el diagnóstico: «Hoy consiste en un comprimido por día o máximo dos. Están muy simplificados y son bien tolerados».
El equipo está integrado, entre otras disciplinas, por personal clínico, de pediatría, trabajo social, psicología, obstetricia y personal administrativo. El abordaje es interdisciplinario, lo que se traduce en una contención de aquellas personas que, advierten, «llegan con muchas etiquetas» a la consulta.
– ¿Cuál tendría que ser el mensaje este 1° de diciembre?
– Claramente desde una mirada epidemiológica, tendríamos que empezar por testear a la mayor cantidad de la población el número de personas infectadas, para que comiencen el tratamiento, se pongan indetectables y no transmitan la infección.
Hoy es mandatorio hacer un test de VIH en cada trimestre del embarazo pero seguimos encontrando embarazadas que van directamente a parir a los hospitales sin análisis previos y con un diagnóstico que se confirma recién allí, en la sala de partos.
– Se apunta también a un relajamiento en el uso de preservativos, ¿ustedes lo observan también?
– Cuando cerramos las estadísticas de este año (que son de noviembre a noviembre) encontramos 817 casos de sífilis diagnosticados en Cemafe. Esto se explica, por un lado, en que la gente sabe que hay tratamientos más efectivos y deja de percibir el riesgo, por el otro, hay muchas infecciones de VIH y sífilis por sexo oral, y en esa práctica, que es cotidiana, nadie usa preservativo.
Incluso encontramos mujeres y varones de entre 50 y 60 años que, al no tener riesgo de embarazo, creían que no se tenían que cuidar.