Le organizaba al padre del “Fantasma” el negocio narco en la ciudad del sur. Almacenaba, fraccionaba y distribuía. Paz solía llevarlo a las reuniones importantes. Vivía en un departamento que está a nombre del manager de boxeo.
Hugo Omar Díaz, alias “Gali” no imaginaba que el pasado lunes por la madrugada una delegación de la Policía Federal iba a llegar hasta su casa con una orden de requisa. Estaba seguro de su impunidad y no reparaba en contar más de un detalle en sus conversaciones telefónicas, sobre todo con el arquitecto santafesino Andrés Cantelli, también detenido en el marco de la causa judicial iniciada por la Fiscalía Federal Número 2, a cargo de Walter Rodríguez y refrendada en todo por el juzgado dirigido por Francisco Miño.
Luis Paz, principal investigado, posee un patrimonio exponencial que generó la curiosidad en más de un despacho del poder judicial o de la política, pero nadie se animaba a profundizar una investigación en su contra. Tal vez, los rumores que lo señalaban como el zar de la droga en la región generaba temores, sumado a la existencia de bolsones en las estructuras policiales santafesinas, adictas a los acuerdos espurios con investigados. Pero esta vez el Fiscal Rodríguez optó por achicar todos los márgenes de fracaso. Por eso, como conductor de la investigación delegó la pesquisa en manos de agentes federales oriundos de otras latitudes. Y así garantizó 24 allanamientos, requisas y detenciones con sigilo y contundencia.
En esa tarea, que duró 10 meses de trabajos de inteligencia y escuchas telefónicas, se pudo establecer de “Gali” Díaz era más que un mero dealer de Paz. Era tanta la confianza de “El Señor de los Cielos” tenía con Díaz que le cedió una vivienda de su propiedad ubicado en el departamento 2 del segundo piso de la calle 27 de febrero 1208, para realizar las tareas de almacenamiento y logística.
Díaz, al mismo tiempo – y de acuerdo a los investigadores – había armado un equipo para realizar tareas inherentes al tráfico. En ese esquema ingresaban su pareja, Alejandra Urundé, Carlos Suárez, Claudia López, Marcos y Agustín Díaz y Alberto Herrera. Esta sub estructura tenía desarrollo en Villa Constitución, desde donde se trasladaba la droga a Rosario, a la casa de Díaz. Allí se acopiaba y se fraccionaba, tarea a cargo de Urundé, entre otras. Claudia López, era la encargada – de acuerdo a la pesquisa – de vender drogas o trasladarla en colectivos de pasajeros. Carlos Suárez, hombre de confianza de “Gali”, también se dedicaba al fraccionamiento de las sustancias ilícitas. López y Suarez tenían su base de operaciones en Villa Constitución, donde residían.
“Gali” pudo haber utilizado las instalaciones del Club Los Andes en Villa Constitución para acopiar drogas. En . esa entidad era cantinero Suárez, del mismo grupo de Díaz. La sospecha surge de una charla grabada entre “Gali” y Urundé, en donde la mujer en el marco de una pelea de pareja le pide a Díaz que “más vale que saques todas las cosas de Los Andes, de la casa del bocón de Rosario y de todos lados (…) mirá que te mando a la policía”.
Diaz, de acuerdo a las escuchas telefónicas, fue el que traslado una cantidad indeterminada de drogas desde Santa Fe a Rosario en los primeros días de septiembre de este año. La operación, relatada en la nota anterior publicada en Zona Critica, consistió en utilizar tres autos para el traslado, en el primero iba Luis Paz, en el segundo Castelli y Gali en la cola.
Diaz tuvo en entripado fuerte con Luis Paz, a mediados de año. Fue cuando habría destinado la compra de varios kilos de marihuana a Paz, que a su vez la adquirió a paranaenses que la “bajan” desde Paraguay. “Está toda podrida Luis”, espeta Diaz, “me tenían que pagar una plata por esto , pero qué pasó, me trajeron devuelta la mercadería. Dejame que te lleve dos paquetes para que los veas, no te miento”. Paz descree del mal estado de la droga. Algunos días después llegaría otro envío de drogas, que habría terminado en la casa de uno de los hijos de “Gali”.
Historial recargado
Díaz tiene un historial relacionado al mundo narco bastante conocido. Algunos investigadores lo consideraban uno de los más grandes distribuidores de drogas en la zona sur de la «Chicago argentina». En 2013 estuvo a disposición del juez federal Vera Barros (de Rosario), que lo excarceló mediante una fienza de 55 mil pesos para llegar al juicio en libertad. La jueza federal Laura Cosidoy lo tuvo en el radar en más de una oportunidad, mientras investigó el desarrollo del «Clan Balbi», de Villa Constitución, que fueron apresados en 2008, mediante una investigación de agentes antinarcóticos locales.
Autor: H.M.G