En otro gesto revolucionario, el Papa afirmó que los estudios sobre el origen del universo y la evolución no van en contra de la «intervención creadora divina».
El papa Francisco afirmó que el Big Bang, la teoría científica que explica el origen del universo, «no contradice la intervención creadora divina, al contrario, la exige».
Así lo puso de manifiesto durante la inauguración de un busto de bronce del Papa emérito, que fue colocado en los Jardines Vaticanos, en concreto en la Casina Pio IV, sede de la Academia de las Ciencias de la que ha sido miembro Joseph Ratzinger.
De este modo, el Pontífice explicó que la evolución de la naturaleza no se contradice con la noción de Creación, porque la evolución presupone la creación de los seres que evolucionan. Destacó además que «el inicio del mundo no es obra del caos que debe a otro su origen, sino que deriva directamente de un Principio Supremo que crea por amor».
Ante varios académicos de la Academia de las Ciencias reunidos en los Jardines Vaticanos, Francisco arremetió contra la idea de que Dios es «un mago con varita mágica que puede hacer de todo» porque, según explicó, Dios creó a los seres humanos con «autonomía», para que «lleguen a su propia plenitud». El Papa criticó que cuando se lee en el libro del Génesis cómo fue el origen del mundo, se piensa «en un Dios mago, que con una varita mágica ha creado todo, pero no es así».
Los comentarios del papa Francisco se asemejan a los que realizó al papa Pío XII, quien abrió la puerta a la teoría de la evolución y las declaraciones realizadas en 1996 por el papa Juan Pablo II, quien dijo que la evolución fue «más que una hipótesis» un «hecho efectivo y probado».