El viernes, la estafadora que hizo creer a la alta sociedad neoyorquina que era una heredera alemana llamada Anna Delvey fue liberada de un centro de detención del ICE en Goshen, Nueva York, y enviada de vuelta a Manhattan.
El juez de inmigración Charles Conroy concedió el miércoles a Sorokin una fianza de 10.000 dólares después de que cumpliera todas las condiciones para su puesta en libertad. El abogado de Sorokin, Duncan Levin, dijo en un comunicado: «Estamos muy satisfechos con la decisión del tribunal de liberar a Anna Sorokin. El juez ha reconocido acertadamente que Anna no es un peligro para la comunidad». Su representante Juda Engelmayer también ha dicho a Page Six que pudo recaudar el dinero necesario para la fianza vendiendo sus obras de arte en internet. Sorokin organizó una exposición de arte en solitario en Nueva York en mayo titulada Allegedly y ha estado vendiendo las piezas de esa exposición en los últimos meses publicándolas en su cuenta de Instagram.
En mayo de 2019, Sorokin fue condenada a entre cuatro y doce años de prisión por su implicación en delitos financieros, entre los que se encuentran el hurto mayor y el robo de un jet privado. Después de cumplir cuatro años, fue enviada a detención de inmigrantes porque había caducado su visa. Pasó los siguientes 18 meses entre rejas después de que un juez determinara que no estaba arrepentida. En una declaración al New York Times la estafadora condenada dijo: “El caso es que no me arrepiento. Les mentiría a ustedes, a todos los demás y a mí misma si dijera que me arrepiento de algo”. Sorokin nació en la entonces Unión Soviética y tiene también la nacionalidad alemana.
Esta semana, sin embargo, el juez Conroy concluyó que la falsa heredera ya no es una amenaza, siempre y cuando lleve una pulsera en el tobillo. Gracias a la historia viral de la revista New York sobre sus hazañas y Inventing Anna (¿Quién es Anna?), la serie dramatizada de Netflix sobre su vida que se estrenó a principios de este año, Sorokin ha acumulado un millón de seguidores en Instagram. Ha utilizado la red social para comunicarse directamente con sus fans y seguidores y vender su arte.
Según Page Six, antes de su puesta en libertad, Sorokin tuvo problemas para encontrar un lugar donde alojarse, ya que tenía que proporcionar al tribunal una dirección en la que permanecería bajo «confinamiento de 24 horas» durante «la duración de sus procedimientos de inmigración», pero una fuente dijo al medio que finalmente fue capaz de encontrar un lugar en el centro de la ciudad por casi 5.000 dólares al mes donde esperará su arresto domiciliario. Además, ya ha pagado por adelantado los tres primeros meses del alquiler de seis meses y ha podido encontrar un avalista. Sorokin no podrá salir de la vivienda, pero sí podrá recibir visitas, aunque tendrán que ser aprobadas y programadas previamente.