Adrián Celer, alias “Piki” o “Tripa” fue procesado por la justicia federal por brindar información a una banda radicada en Paraguay dedicada al negocio ilegal. Menciones a Jefes policiales. Allanamientos truchos y crecimiento patrimonial.
El juez federal de Santa Fe, Francsico Miño, procesó el pasado miércoles por confabulación agravada y violación de secreto al ex policía santafesino Oscar Adrián Celer, alias “Tripa” o “Piki”, quien fuera investigado por la justicia santafesina por un allanamiento ilegal ocurrido hace dos años en el barrio de Barranquitas, en la ciudad de Santa Fe. Por esa causa está preso cumpliendo condena mientras se sustancia otro legajo fiscal por su crecimiento patrimonial injustificado. En medio de la pesquisa por el primero de los hechos, el fiscal del MPA Ezequiel Hernández, remitió a la justicia federal una serie de mensajes de Whast App en los que Celer se vinculaba a un ciudadano paraguayo relacionado al negocio narco. El 7 de marzo fue indagado por el juez Miño, por pedido del Fiscal Federal Walter Rodriguez, que recibió las actuaciones del MPA.
Celer fue apresado en noviembre de 2017, junto a Exequiel Sebastián Romero, Leonardo Velásquez y Cristian Gutiérrez. Los cuatro policías entraron en una vivienda del oeste santafesino a la madrugada sin orden judicial, removieron todo y amedrentaron ala morador. La llegada de una patrulla del Comando Radioeléctrico hizo cesar esa conducta y los cuatro fueron trasladados a la seccional 6ta.
El secuestro del teléfono de Celer permitió peritarlo y encontrar mensajes de Whast App en donde el policía tiene intercambio de información con un ciudadano argentino, pero residente en Paraguay, al que el juez Miño asocia con tareas vinculadas al tráfico de drogas. Celer tuvo comunicación con este ciudadano identificado como Jorge Luis Duarte, alias “Gordo Pacuala”, quien le brindaba datos sobre puntos de ventas en la región, con el objetivo de esmerilar una competencia en el rubro narco, según la conclusión del magistrado, que en sus 47 páginas del procesamiento incorpora la mayoría de esos mensajes. Además, el imputado realizó un pago de casi 20 mil pesos por la vía de cancelación del sistema de Wester Union, ubicado en el zona del Wal Mart local.
Cuando el fiscal Rodríguez pidió la indagatoria de Celer también solicitó que se lo impute por el delito de comercialización, ya que en varios chats aparecía una relación con un contacto identificado como “Taco”, que a la postre resultó ser una policía santafesina, a quien suministraba de drogas, no sólo a ella sino a su entorno.
Según esa hipótesis, el rol de Celer era romper los puntos de venta ilegal de varios lugares en Santa Fe y alrededores y despejar ese terreno en favor de los paraguayos. Además, quedó en evidencia en esos chats que el policía sabía de un cargamento de drogas que iba a ingresar a la ciudad en un camión, frustrado luego por el accionar de “Piki”, que en su telefóno aparecía con el sobrenombre de “Tripa”.
En su defensa el policía dijo que “Pascuala” era un informante suyo y del ex jefe de la URI Luis Maria Siboldi, a quien también le pasó el dato del camión con drogas que, supuestamente, iba a ingresar a Santa Fe en octubre de 2017. Sobre “Taco” señalo que era otra informante, que ejercía la prostitución en la zona de Avenida Blas Parea. En cuento al giro de 19.100 pesos a Paraguay vía Western Unión justificó ese giro diciendo que tenía como objetivo comprar repuestos para su BMW. “’ Taco’ me daba información sobre puntos de ventas de drogas en la ciudad y me pedía dinero por cada dato que me daba, de eso se encargaba Siboldi, que me daba el dinero a mí y yo a ella”, señaló “Tripa”.
“Toda la información que yo recababa se la daba a Siboldi, una vez le dije que quería documentar este esquema y él me dijo que no era necesario, que él se lo pasaba a Zanella, subjefe del Comando de entonces o a los jefes competentes”. Entre Celer y el Gordo Pacuala o “pascual 2” hubo cerca de 200 llamadas, lo que hizo suponer al juez Miño que el trato entre ambos era más que frecuente. Por todo ese temperamento, Miño entendió que Celer incurrió en el delito de confabulación (art.29 bis de la ley 23737) que indica que “será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años, el que tomare parte en una confabulación de dos o más personas, para cometer alguno de los delitos previstos en los artículos 5, 6, 7, 8, 10 y 25 de la presente ley, y en el artículo 866 del Código Aduanero. La confabulación será punible a partir del momento en que alguno de sus miembros realice actos manifiestamente reveladores de la decisión común de ejecutar el delito para el que se habían concertado…”
Para el juez federal está claro que la conducta de Celer se trata de un delito doloso, que en su forma omisiva, requiere el conocimiento de que en la órbita de competencia del agente está la ejecución de la ley que no se ejecuta. “Por otro lado, los hechos consistentes en alertar en fecha 16/10/2017 a Jorge Luis Duarte, sobre la existencia de una orden emanada de autoridad federal para interceptar y registrar un camión patente paraguaya “NAH 518”, en el que se trasladaba la mercadería ilegal, hayan encuadre en las figuras previstas en los arts. 157 del CP (violación de secreto), que reprime al funcionario público “que revelare hechos, actuaciones, documentos o datos, que por la ley deben ser secretos”; y en el art. 277, 1° inc. a) y 3° inc. a), b) y d), del CP -encubrimiento por ayudar a eludir las investigaciones de la autoridad o sustraerse a la acción de ésta, agravado por tratarse de un delito especialmente grave, actuar con ánimo de lucro y mediando intervención de funcionario público-; en concurso ideal (art. 54 del CP)”.
En la justicia provincial
Celer fue condenado en mayo de este año por el hecho de Barranquitas. Los jueces lo encontraron responsables por el allanamiento ilegal, robo y falsificación del acta. Mientras tanto, el fiscal Hernández sustancia otra investigación por enriquecimiento ilícito. En ese legajo el funcionario del MPA espera una serie de informes económicos para terminar de redondear su acusación.
Autor: H.M.G
siempre fue un rastrero esto es todo carne podrida amenazo a todos los que actuamos en su detencion ,y siboldi fue el que ordeno la detenciony zanelli que estaba de franco lo fue a detener tira mierda aproposito.
siempre perdemos los que laburamos,cualquier jarry te puede ensuciar ya no podemos trabajar
este jarroncho ensucia a todos