Sucedió el sábado en su vivienda particular. Se trata de dos efectivos que fueron apartados, desarmados y pasados a disponibilidad
El sábado antes de las 22, el juez federal de Reconquista, Aldo Alurralde, regresó a su vivienda en la localidad de Nicanor Molina y sorprendió ebrios a los suboficiales de Gendarmería que lo estaban custodiando. El magistrado reportó la anómala situación a los superiores de los uniformados, y ambos fueron apartados del servicio activo por sus superiores.
Cuando el juez federal Alurralde llegó a su vivienda, observó que uno de sus custodias estaba visiblemente alcoholizado y con fuerte olor etílico. Luego, cuando recurrió al segundo de los custodios para denunciar el estado del primero de ellos, se encontró con que este arrojaba una bolsa a una zanja que contenía dos botellas y dos cajas de vino Toro. El primero de los custodios, además, le expresó a Alurralde «Usted es Dios» , «Mi Lord».
En la vivienda del magistrado se presentó el jefe de la Unidad de Investigaciones de Delitos Complejos y Procedimientos Judiciales, desarmó a los dos gendarmes, ordenó trasladarlos a la dependencia de la fuerza nacional en la ciudad de Avellaneda, y posteriormente recurrió solicitar alcoholímetros a la Municipalidad a cuya prueba se negaron los agentes, que inmediatamente fueron pasados a disponibilidad y sacados del servicio activo.