Los primeros minutos del Clásico como eran de suponer fueron de estudio por parte de ambos equipos, sin arriesgar demasiado, aunque la primera aproximación clara fue por parte de Unión ante una muy buena pelota que metió entre líneas Diego Villar, picó habilitado Lucas Gamba pero no pudo controlar el balón como para rematar ante la salida de Jorge Broun.
Pero más allá de esa situación, en el arranque del cotejo se observaba un Unión más prolijo y mejor parado en la mitad de la cancha cortando los circuitos futbolísticos del elenco rojinegro que dejaba muy aislado a los dos delanteros. En consecuencia se daba un partido intenso, disputado pero con varias imprecisiones.
A los 11′ un centro de Clemente Rodríguez desde la izquierda posibilitó que Nicolás Leguizamón cabeceara desviado en lo que fue la primera llegada de Colón, aunque tampoco se trató de una chance clara como para marcar pero al menos evidenció que por ese sector Colón podía complicar.
Unión apostaba a poblar la zona media obstruir lo que pudiese intentar el conjunto local y a partir de allí poder controlar el juego, en cambio el Sabalero buscaba con Facundo Pereyra e Iván Torres poder asistir a Diego Vera y Leguizamón que eran bien controlados por los marcadores centrales del Tate.
Y la más clara de Colón como no podía ser de otra manera llegó mediante una pelota quieta, esta vez fue un córner ejecutado de manera magistral por Pereyra y el remate a la carrera con el pie derecho del paraguayo Torres que se fue por encima del horizontal demostrando las virtudes de Colón en este tipo de jugadas que claramente se trabajan en la semana.
Sin embargo, como una mueca del destino para Colón, el Tate se puso arriba en el marcador con una pelota detenida. Desde el sector derecho cuando se jugaban 26′ ejecutó Nahuel Zárate y esta vez Leonardo Sánchez le ganó a todos los jugadores rojinegros y de cabeza vulneró a Jorge Broun quien no salió a cortar el centro.
Ese gol, mejoró a Unión y puso nervioso al Sabalero que equivocaba los caminos como para llegar al arco de Fernández que hasta allí había tenido poco trabajo. En esa primera etapa se observó un Colón nervioso, maniatado incómodo, y sorprendido por el planteo de Unión que salió a dividirle el balón y a presionarlo. Por ello fue el elenco visitante quien dejó una mejor imagen, con mucha concentración, sólido en sus líneas y jugando el partido que pretendía.
Ante el flojo primer tiempo de Colón, su técnico Eduardo Domínguez metió mano en el equipo haciendo ingresar a Christian Bernardi y Nicolás Silva para las salidas de Adrián Bastía y Facundo Pereyra que jugaron muy mal esos 45′ minutos. Con la lógica necesidad de buscar el empate, el elenco local comenzó a dominar en los primeros minutos del segundo tiempo.
El ingreso de ambos futbolistas le dio mayor movilidad al Sabalero y a partir de allí se mostraba superior al visitante que se dedicaba a aguantar y salir de contra. Un centro de Torres casi le da el empate al Rojinegro, pero Ortiz no pudo impactar el balón de media vuelta y terminó rechazando Rodrigo Erramuspe.
Un despeje de Sánchez cuando Viruta Vera se relamía para convertir de cabeza fue otra de las aproximaciones en el primer cuarto de hora de la segunda etapa. Unión retrocedía mucho, ya no peleaba la posesión del balón y eso hacía que defendiera muy cerca de Nereo Fernández.
Y por eso no sorprendió que el Rojinegro llegara a la igualdad, aunque quedaron dudas del modo en que lo hizo dado que trás un centro rasante desde la derecha, Vera fue a buscar el balón, Fernández fue al piso y el delantero oriental cayó dentro del área. Quedó la duda si el arquero lo derribó o si el goleador se tiró. Poco le importó a Viruta que a los 16 y con un suave remate estableció la igualdad a es altura más que merecida.
A partir de ese momento el Sabalero comenzó a hacer pesar el estado anímico de ambos y por eso se lo llevó por delante a un equipo que nada hacía respecto a lo que fue el primer tiempo. Unión sintió el impacto de la igualdad y se olvidó del arco rival. Pomelo Marino hizo ingresar a Guido Vadalá en lugar de Mauro Cejas para intentar en base a la velocidad del ex-Boca apostar por una contra.
A los 27′ Colón tuvo una chance clara, pero Leguizamón a la carrera le pegó por arriba del travesaño cuando la lógica marcaba que asisitiera a Bernardi que ingresaba solo por la derecha. A esa altura ya el Sabalero hacía méritos como para estar ganando el encuentro.
Pero a los 31′ quedó mal parado Colón, Gamba asistió a Vadalá pero la rápida salida de Fatu Broun impidió que el Tate se ponga arriba en el marcador lo que hubiese sido una injusticia.Por su parte, a los 37′ el Sungui Blanco que entró en lugar de Vera tuvo la gran posibilidad de marcar con un cabezazo dentro del área pero el balón se fue desviado en una chance inmejorable.
Y en el instante final lo pudo ganar Colón con un penal en movimiento que Gerónimo Poblete no supo aprovechar elevando el remate por encima del travesaño. A la hora de analizar lo hecho en los 90′ está claro que el Sabalero estuvo más cerca de ganarlo pero falló en los metros finales. Sobre todo a segundos del final con ese disparo de Poblete.
Nuevamente el Clásico dejó demostrado que son partidos aparte, otra vez el que llegó como favorito no terminó ganando. Claramente fue un tiempo para cada uno, aunque en la etapa complementaria el Sabalero hizo más méritos para ganar que lo realizado el Tate en la primera etapa. De todos modos, en lo futbolístico el equipo local dio un paso atrás aunque logró revertir la muy pobre actuación realizada en el primer tiempo. Lo importante es que continúa en zona de Copas y con un objetivo muy importante por delante.
Para Unión indudablemente se trata de un resultado muy importante, terminó logrando un punto importantísimo más en lo anímico que en lo futbolístico. Y puede marcar un click para lo que venga sabiendo que debe mejorar y mucho su rendimiento. En síntesís, Unión festejó el punto y Colón lo terminó lamentando.
Textos: Diario Uno