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Denegan la desvinculación de un comisario en la causa Los Monos

Gustavo «Gula» Pereyra trabajaba en Delitos Complejos, cartera que comanda Ana Viglione. Un camarista resolvió que siga bajo investigación por pasar datos al clan Cantero. En una decisión que posará una vez más la miradas sobre la causa judicial de la banda narcocriminal de Los Monos, la Cámara Penal de Rosario revocó el sobreseimiento del ex jefe policial Gustavo Daniel «Gula» Pereyra, acusado de facilitar información sustancial al clan del barrio Las Flores para asegurase delitos o evadirse de ellos. El comisario inspector había sido desvinculado del caso tras una resolución dictada a principios de septiembre por el juez Juan Carlos Vienna, quien luego se apartó del expediente al publicarse fotos que lo vinculan a Luis Paz, padre de Martín, cuyo crimen dio inicio a la pesquisa. Gula Pereyra, de 51 años, fue jefe desde diciembre de 2012 de la brigada operativa de la Secretaría de Delitos Complejos que dirige Ana Viglione, y el primer integrante de la policía detenido (hay otros doce empleados de la fuerza procesados junto a 25 civiles) acusado de integrar la asociación ilícita con el rol de proveedor de información a los integrantes de Los Monos en el marco de la compleja investigación que sustanció Vienna tras el crimen del «Fantasma» Paz. Al ser indagado, en junio de 2013, Pereyra fue acusado de cohecho y tráfico de influencias en base a escuchas (ver aparte) a su teléfono y el de otro integrante de esa fuerza, Juan «Chavo» Maciel. Es que en los aparatos personales de los uniformados figuraban en la agenda de Paz, la primera víctima de una sucesión de crímenes mafiosos que desembocaron en el asesinato de Claudio «Pájaro» Cantero, líder del clan de barrio Las Flores, y una saga posterior para vengar esta última muerte. Pero aunque Pereyra negó enfáticamente en Tribunales conocer a narcotraficantes que se nombraban en la pesquisa y que no tenía estructura ni herramientas para acopiar información que conformara una base de datos concreta sobre investigaciones por droga, las pericias informáticas realizadas en una de los archivos digitales secuestrados en su domicilio, demostraron lo contrario.Según los informes, del ordenador se recuperaron archivos que habían sido borrados con fotos, seguimientos a narcotraficantes, domicilios de kioscos de drogas, frentes de viviendas de supuestos narcos y organigramas de bandas estructuradas con archivos y fotos de conocidos delincuentes. Ayer, en la audiencia del Tribunal presidido por el juez de la Cámara Penal Daniel Acosta, se rersolvió la apelación planteada por el fiscal Guillermo Camporini respecto del sobreseimiento dictado por Vienna a Pereyra el 3 de septiembre de 2014. Camporini remarcó que la prueba ubica a Pereyra «dentro de la asociación (ilícita), y especialmente al ocupar un rol jerárquico sobre Maciel». Valoró que Pereyra se valió de su condición de funcionario policial para «poner a disposición de la asociación ilícita de la que él personalmente formó parte, información reservada y secreta, siendo tildado como jefe de el Chavo, quien a la vez era la mano derecha policial en todo el accionar» de Los Monos. Con esa base argumental, pidió el procesamiento con prisión preventiva,al comisario inspector. El juez Acosta se acogió al pedido fiscal tras concluir «que los argumentos iniciales dados por Pereyra fueron sucesivamente desvirtuados por la investigación».Pero el camarista indaga precisamente en esa contradicción elocuente que queda en evidencia con el análisis de los archivos secuestrados en la vivienda de Pereyra. «En su primer declaración indagatoria dijo directamente que no los investigaba —no obstante hacerlo— lo que ciertamente tiende a abonar las criticas que se traducen en los agravios respecto de una resolución dictada con argumentos insuficientes», apunta el sobreseimiento dispuesto por Vienna. Acosta dice que al sobreseerlo no se considera que el propio Pereyra reconoce que Maciel fue designado a su instancia. «No logra explicar el porqué de la designación de una persona que no ofrecía confianza en una agencia policial tan sensible como Delitos Complejos que absorbió temas tan importantes como el narcotráfico y la trata de personas, más aún admitiendo Pereyra su conocimiento de la persona «recomendada» por haber trabajado juntos con anterioridad». La defensa indicó que Pereyra remitía información vía e mail a Viglione, y que no suministraba esos datos a los delincuentes, frente a lo cual Acosta señaló que «no puede concluirse que, además, no pudiera ser puesta en conocimiento de otras personas, como probablemente lo hizo Pereyra». Finalmente, el camarista habla de una «incorrección del sobreseimiento dictado» y evitó su desvinculación.

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