Más de 80 personas pudieron observar la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe en una hostia de mayor tamaño, durante un retiro espiritual que se realizó el fin de semana pasado en el viejo seminario del barrio.
Este martes, el sacerdote Olidio Panigo, párroco de la Basílica de Guadalupe, confirmó la aparición de la imagen de la Virgen de Guadalupe en una hostia consagrada de la cual fue testigo. Ocurrió este fin de semana, en dos oportunidades, en el Santísimo Sacramento que se encontraba expuesto para su adoración en la capilla de la Casa de Retiro del viejo Seminario de Guadalupe, durante un retiro espiritual y vocacional de hombres.
En un texto publicado en la página de la Basílica de Guadalupe Santa Fe en Facebook, una misiva firmada por Panigo señala: «En la Hostia Consagrada se veía una imagen de la Virgen, que podríamos decir que era similar a Nuestra Señora de Guadalupe, en blanco y negro. Esta manifestación se repitió algunas horas tanto el sábado como el domingo. Frente a lo sucedido no tenemos una explicación racional por lo que decimos que ha sido una manifestación especial. Lo vemos como un regalo de Dios para renovarnos en la fe».
«Lo vivimos con una gran humildad, no con un espíritu sensacionalista sino con acción de gracias a Dios y a la Virgen que nos ha hecho este regalo. Lo compartimos, ya que se hizo público, con un gran respeto a la experiencia que cada uno vivió frente a este hecho», agregó en la nota.
El relato
«El sábado por la mañana cuando llego a la Basílica me vienen a buscar y me dicen que había aparecido la imagen de la Virgen. La verdad que yo soy un poco escéptico de este tipo de manifestaciones extraordinarias; pero fui y no podía negar que se reflejaba la imagen de la Virgen en la hostia», contó Panigo en diálogo con Aire de Santa Fe.
El párroco reconoció que «justo había un cuadro de la imagen de la Virgen de Guadalupe en la pared de atrás» y por esa razón se puso a «mirar y probar» si se reflejaba, «pero no tenía nada que ver con eso», afirmó.
No obstante, sostuvo que los entre 70 y 80 hombres que participaban del retiro coincidieron en que veían la imagen de la Virgen de Guadalupe. «Se los invitó a pasar a cada uno y no les dije nada de qué era lo que iban a ver, para que no vayan sugestionados esperando ver una determinada imagen. Y cuando salían, todos estaban convencidos de que era la imagen de la Virgen, emocionados», comentó el sacerdote.
El padre también contó que ese sábado por la mañana tomó una foto del Santísimo, antes de ir a la Basílica, para ver cómo estaba y aseguró que «no se veía nada» reflejado en la hostia consagrada, donde más tarde la imagen de la Virgen se presentó. «A las 10.30 es cuando yo llego y se ve con mayor claridad y después se vio hasta la tarde donde luego comenzó como a desdibujarse. El domingo a las 9 fue cuando se vio con mayor claridad la Virgen», insistió.
La hostia como tal hoy se encuentra guardada en la Capilla de la Casa de Retiros. «La hostia en sí misma no tiene nada en particular, ni nada en especial», indicó el párroco.
El mensaje
Panigo se reunió con el arzobispo José María Arancedo para tratar el tema. «Nos reunimos, porque esto se viralizó y toda la comunidad se enteró, y nos parecía que teníamos que salir a aclararlo. No es algo que tengamos que tomarlo como un milagro para hacerlo público. Sí lo tomamos como un don particular que se nos ha dado, que nos renueva la fe y nos emociona; pero que también tiene que comprometernos en nuestra vida de cada día para descubrir a Dios», sentenció.