Para el gobernador, Santa Fe se debate entre la “eficacia progresista” que -a su juicio- lleva adelante el oficialismo y la “eficiencia neoliberal” a la que se quiere volver.
El jefe de la Casa Gris dijo, en el más político de los poderes del Estado, que “son los (valores) intangibles los que tienen la mayor capacidad para transformar la sociedad”.- Foto:Manuel Fabatía
El gobernador Antonio Bonfatti necesitó de dos horas y cuarto para exponer lo que -a juicio de su gobierno- ha vivido la Provincia, desde que el Frente Progresista, Cívico y Social llegó a la Casa Gris.
El titular del Poder Ejecutivo buscó poner en evidencia lo que considera es un fuerte contraste entre el pasado, dominado por el neoliberalismo, y el presente que reivindica las políticas progresistas.
En la lectura de su mensaje a la Legislatura para dejar abierto el 133° Período Ordinario de Sesiones, que comenzó con un tono enérgico y optimista y terminó con la voz algo cansada y acaso opaca, pero con conceptos fuertes dirigidos a la oposición, el gobernador dio saltos en el tiempo.
Por momentos prefirió mirar la historia inmediata y alabar lo hecho en 8 años de gestión, al observar también decisiones de Hermes Binner, de quien fuera su ministro de Gobierno. En otros, habló directamente de sus tres años y un poco más de ejercicio en el cargo del que se despide, y en no pocas oportunidades se refirió al presente. Al contexto candente que ofrece la campaña electoral y a lo ocurrido desde que los santafesinos fueron a las urnas.
Bonfatti repasó con cifras fuertes las acciones de gobierno que marcan un antes y un después para Santa Fe. Por ejemplo: habló de las 32 mil titularizaciones de los docentes (y con concursos) y recordó que había maestros que lo esperaban desde hacía 25 años. Apuntó en nada menos que 1.246% la suba de las jubilaciones (no contó, claro, cuánto de eso devoró la inflación) y pudo volver a repetir que “Santa Fe tiene la única Caja de Jubilaciones que paga el 82% móvil» y destacó que con inversiones que sumarán 2.300 millones, 6 de los 12 acueductos diseñados desde 2008 “ya están en ejecución”. (Afirmó que la última inversión provincial en un acueducto fue con el que une Esperanza y Rafaela, y data de 1980).
Sostuvo que se ha logrado que 17 mil beneficiarios de los planes Fonavi tengan su escritura y se conviertan en propietarios y que el Plan ABRE que convierte en clientes regulares de la EPE a los enganchados a la luz y en usuarios de ASSA a quienes no tenían agua potable trabaja sobre 43 barrios de las ciudades más pobladas de la Provincia.
Ese último párrafo, como todos los que dedicó a los trabajadores -y en especial a los empleados públicos provinciales-, parecieron tener como blanco directo el discurso del candidato del PRO, Miguel Torres del Sel (a quien por supuesto no nombró).
Dijo al hablar de una inversión que ya lleva $ 2.000 millones en la EPE para cubrir la demanda “que se ha duplicado” que reivindica la lucha de sus empleados contra los planes de privatización (del gobierno de Carlos Reutemann) y advirtió: “las apetencias del neoliberalismo están acechando”.