«Nos hace un agujero de 1.100 millones de dólares», advirtió el ministro Contigiani, al recordar que el territorio santafesino es líder dentro de la industria del biodiesel. Agustín Rossi se pregunta qué rol cumple el gobierno de Macri.
Si algo le faltaba a la alicaída industria santafesina, que a duras penas se mantiene por las consecuencias de las políticas económicas del gobierno nacional, fue la decisión de Estados Unidos de arancelar y trabar las exportaciones de biodiesel. Según datos aportados ayer por el Ministerio de la Producción, el bloqueo afecta a 19 empresas radicadas en el cordón industrial del Gran Rosario, el 80 por ciento de una cadena que genera más de 6 mil puestos de trabajo directos e indirectos. «A Santa Fe le hace un agujero de 1.100 millones de dólares», lanzó ayer el ministro Luis Contigiani, al tiempo de advertir sobre los problemas que traerá la libre importación porcina, a partir de los últimos acuerdos comerciales con Estados Unidos. En la misma sintonía, el candidato a diputado nacional del Frente Justicialista, Agustín Rossi, señaló: «Pareciera que hay un ensañamiento del gobierno nacional con la provincia de Santa Fe».
Le duró poco la alegría al ministro Contigiani, quien el pasado martes celebraba la apertura del concurso de la ex Mefro Wheels, lo que les permitirá avanzar con su reapertura. Al mismo tiempo, la decisión de Estados Unidos que dispuso aranceles compensatorios al biodiesel argentino que irían del 50,3 al 61,4 por ciento por considerar que las exportaciones de la Argentina están subsidiadas, generó la preocupación oficial.
«Santa Fe es líder dentro de la industria del biodiesel y una medida como ésta nos pone en serio riesgo de frenarla porque tiene un perfil eminentemente exportador», advirtió Contigiani. El ministro precisó que las 19 plantas radicadas en Santa Fe exportan el 80 por ciento de la producción nacional. En el 2016, agregó, se produjeron 2,5 millones toneladas, más de 1,5 millones se exportan y el resto va al mercado interno para el corte del diesel.
Desde la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), que integran Aceitera General Deheza, Bunge, Cargill, Explora, Louis Dreyfus, Molinos Río de la Plata, Noble Argentina, Renova, Unitec Bio y Vicentín, todas ubicadas en el eje portuario del Gran Rosario, también manifestaron su preocupación.
El biodiesel es el principal producto exportado a Estados Unidos. El año pasado representó un monto de 1.240 millones de dólares, por lo que el impacto en Santa Fe será muy fuerte. En ese marco, el gobernador Miguel Lifschitz, junto a Contigiani, mantendrán hoy a las 13 una reunión con las dos cámaras que agrupan a los productores de biodiesel para analizar los pasos a seguir y tratar de revertir la situación.
«El mundo no funciona con el manualcito del libre comercio si no por poder e intereses geopolíticos y económicos, no podemos estar tan desprovistos, sin estrategias», abundó el ministro, quien a la preocupación por el impacto económico que generará la importación porcina, que según consideró, está en su mejor momento, le sumó el riesgo sanitario: «Estados Unidos está señalado por tener una enfermedad en el rodeo porcino, Argentina está libre de eso. Por tal motivo, estamos analizando alguna barrera sanitaria».