El histórico director técnico que logró la primera estrella de la selección argentina falleció este sábado luego de haber permanecido internado durante casi un mes por un cuadro severo de anemia. La noticia fue confirmada por la AFA.
La Asociación de Fútbol Argentino informó el fallecimiento de César Luis Menotti, técnico campeón del mundo con la selección argentina de fútbol de 1978. El exDT tenía 85 años y estaba internado desde principios de abril por un cuadro de «anemia severa».
El histórico entrenador había ingresado a la guardia del Sanatorio Agote de Recoleta (CABA) a fines de marzo por un severo cuadro de anemia que se le complicó por una tromboflebitis: estuvo consciente y en una sala común, pero se encontraba muy débil y por ese motivo se postergó el alta hasta el 10 de abril. «Está bien, lúcido, y con ganas de irse ya a su casa», dejaron trascender, en aquel momento, desde su entorno.
Menotti solía evitar hasta último momento las visitas a los médicos y eso provocó que terminara hospitalizado debido a que su cuadro de anemia era importante. En agosto del año pasado había sufrido un accidente al caerse en su casa, lo que le provocó una hemorragia interna, y también había demorado en acercarse a una guardia. Cuando lo hizo, debió quedarse internado durante varios días para poder curarse y ser dado de alta.
Esta última vez, ocurrió algo similar: el Director de Selecciones Nacionales de la AFA venía con algunos síntomas y tardó en buscar asistencia. Sin embargo, luego de ser estabilizado, mediante una serie de transfusiones de sangre, el extrenador recibió el alta médica para seguir con la rehabilitación en su casa.
Más que un DT, una leyenda
«El Flaco», como se lo conocía popularmente, fue uno de los hombres más importantes en la historia del fútbol argentino. Si bien tuvo una buena carrera como jugador, principalmente en el Rosario Central de sus amores y con breves pasos por Racing, Boca y el Santos de Pelé, Menotti alcanzó su esplendor como entrenador.
No solo por los logros, sino por haber dejado una escuela a seguir que perdura en el tiempo con cientos de discípulos: el menottismo. “Se puede dejar de correr, dejar de entrar en juego durante largos minutos… Lo único que no se puede es dejar de pensar», era uno de sus principales lemas.