Vicente Pignata, un narco regional de fuerte crecimiento patrimonial, es buscado por la justicia. Entre sus bienes figura una casa ubicada en el country El Paso, que antes fue del alero de la Generación Dorada. La vivienda está a nombre de una sociedad off shore uruguaya.
El origen de las actuaciones que desembocó en varios allanamientos en la ciudad, en Colastiné, Santa Rosa de Calchines y Bowen (Mendoza) fue un anónimo recibido en la Dirección de Prevención de Adicciones de la policía santafesina en donde se hacía referencia a la incidencia que tenía Vicente Pignata en el negocio narco “es el pez gordo del narcotráfico en la provincia”, decía. No era novedad, Pignata supo montar su red de negocios narcos y lavado de la mano de su esposa Elizabet Campos y de su suegro, Ramón Campos.
Pignata y Campos, el día de su casamiento
No era el primero ni el último de los anónimos que lo señalaban como el señor narco de la ciudad. En la causa que puso preso al “Zurdo” Villarroel se lo mencionaba como miembro de una banda narco integrada por policías de la vieja AUE (Agrupación de Unidades Especiales),muchos de ellos aún en actividad. También se sabía que tenía buena llegada a la Sección Inteligencia de la ex Drogas Peligrosas, que lo alertaban ante cualquier movimiento en su contra.
Ya contaba con antecedentes en la venta al menudeo, cuando fue apresado en 2011 por una transacción menor, entonces se movía en un Fiat 147. Luego, llegó a disponer de 13 vehículos, muchos a nombre de su esposa o de su suegro. Por ese hecho fue condenado por el Tribunal Oral el 8 de marzo de 2017 a 4 años de prisión en un juicio abreviado, pero insólitamente el abogado apeló la decisión, algo inusual cuando el preso asume su culpa. Desde entonces está prófugo, alternando entre Córdoba, Paraguay, Mendoza y Santa Fe.
En el 2013 alquilaba una casa en calle Avenida Freyre, un lustro más tarde ya tenía varias viviendas, un caserón en Colastiné y una casa en el country El Paso, valuada en 500 mil dólares. El ministerio de Seguridad de la provincia lo sabía, ya habían recibido en su línea de denuncias una noticia que daba cuenta de una compra de drogas por 5 millones de pesos. Era el zar de la cocaína, y algo de marihuana, según cuentan los investigadores, que no tienen ningún contacto con la policía local, especialmente por precaución de la justicia federal.
Desde 2013 empezó a crecer sin límites, apelando a los contactos policiales y al poder económico que le daba logística. En el 2017 se inscribió en la Afip como Responsable Inscripto, después de varios años de figurar como Monotributista, pero sin pagar un peso. Puso en Bowen, Mendoza, un emprendimiento de producción de cultivo de frutas de carozo, donde pretendió licuar sus ganancias obtenidas del negocio ilegal. Con su esposa, Elizabet Campos, llegaron a disponer de 13 autos, muchos de alta gama. Vicente se movía en una camioneta blanca tipo Jeep Wrangler Sport 3.8. Visitaba cada tanto la casa de El Paso y a los amigos del barrio Chaqueño. Cada vez venía menos. Estaba cercado. Prefirió no asistir al cumpleaños de 15 de una de sus hijas, una fiesta a todo lujo celebrada el año pasado en los salones del Puerto santafesino.
Con Campos tuvieron el dominio de 7 inmuebles, dos en Colastiné, uno en Bowen, dos en Santa Fe, uno en Santa Rosa de Calchines y la Unidad 343 del country El Paso.
Precisamente ésta última tiene una singular historia. Antes fue ocupada por el astro del básquet local Carlos Francisco Delfino, “El lancha”, como se lo conoce al alero de la selección argentina de la generación dorada.
En rigor, ésa propiedad es de una empresa off shore llamada Parmery Trading S.A, radicada en Montevideo. Es una de las empresas que aparecen en la investigación llamada “Panamá Papers”, la mayor filtración de datos de empresas radicadas en paraísos fiscales. La empresa celebró con Delfino un contrato de comodato gratuito por 95 años, situación que revelaría que el bien fue comprado por el basquetbolista, pero lo habría ocultado camuflándolo en la sociedad uruguaya. Cuando el deportista abandona el country, cansado de los robos, le transfiere la unidad habitacional a los Pignata – Campos con los mismos beneficios. El representante de Parmery local era el papá del jugador, Carlos Gustavo, que quedó autorizado para realizar todos los actos jurídicos necesarios. Es por eso que, tanto padre e hijo deberán dar cuenta en la justicia federal de la maniobra. Los investigadores consideran que los Delfino nada tienen que ver con el negocio narco, pero que brindaron el andamiaje jurídico para que Pignata pueda adquirir una casa valuada en 500 mil dólares, ocultando la inversión en la off shore. Por cierto, el uso que hicieron de la vivienda mientras la ocuparon era el de propietarios, y no inquilinos. Una conducta que despierta más que suspicacias.
Los Delfino. Tendrán que explicar su relación con la Off Shore
Para el fiscal federal Walter Rodríguez, Elizabet Campos, su padre Ramón Campos y Parmery Trading operaron como testaferros de Pignata y por ello pidió la inhibición de los bienes de todos ellos.
SIEMPRE MENCIONADO: Un acta que refleja otra denuncia anónima. Fue agregada en la causa del Zurdo Villarroel. Uno de los mencionados, Gustavo Gribaldo, está preso por proveer drogas a un dealer en Reconquista.
Autor: H.M.G
1 comentario en «El investigado por narco que sigue prófugo y salpicó a Carlos Delfino y a su padre»