Uno es un joven relacionado a la noche bailable y el otro un empresario vinculado al rubro farmacéutico. Se cree que participaron en el hecho criminal de febrero pasado como reclutador y organizador.
La detención fue el corolario de una serie de comprobaciones en el territorio que realizaron pesquisas del Organismo de Investigaciones con el conocimiento del fiscal Gonzalo Iglesias en base a la declaración reservada que hizo hace cinco meses un integrante del grupo criminal que acabó con la vida del empresario Hugo Oldani en febrero pasado.
Según el testigo colaborador, el ahora detenido Andrés Kaipl., – sindicado como reclutador- lo pasó a buscar en horas de la mañana de ese 11 de febrero – día del homicidio – y fueron hasta una farmacia que está ubicada en la zona del club Macabi y allí otro hombre – también detenido esta tarde -esperaba con una serie de instrucciones. Luego, se dirigieron en el coche de Kaipl hasta la galería Rivadavia, en donde éste último ingresó, hizo una filmación casera de forma solapada y salió. Regresaron a la farmacia y el hombre que estaba allí, se presume que el dueño del local, dio instrucciones de cómo había que robarle a Oldani. “Tienen que apretarlo, es cagón”, habría dicho. “Luego me llevaron a mi casa, no me dijeron ni a qué hora me pasaban a buscar, así que comí y me dormí una siesta … me pasaron a buscar como a las 6”, así arrancó su exposición el detenido por el crimen, que luego tuvo un intenso cuestionario de la Fiscalía. Ese hombre de la farmacia es Alfredo Manuel Sadonio., relacionado al rubro de venta de medicamentos y cosméticos, detenido este martes por la tarde en la vía pública y de quien la Fiscalía cree que fue el que apuntó el dato de la debilidad de Oldani para asaltarlo.
El imputado colaborador señaló que el día del hecho lo fue a buscar Andrés en su auto, pero después se subió al Corolla que conducía Juan Manuel Ruffino, otro de los detenidos, imputados por Cristina Ferraro (primera fiscal de la causa, luego separada del cargo por irregularidades graves) como integrante de una empresa criminal conjunta, organizada para robar y eventualmente matar a Oldani. “A Andresito lo conocía de los bailes, él tenía en su momento un baile en Avenida Alem, otra vez me llevó a poner un aire a su casa. El día del hecho, esa mañana, Andrés me pasó a buscar con los otros tres, no estaba la chica, fue en un Palio color negro, sin calcomanías, sin nada”, señaló. El tercero que iba en eso auto, según esta versión, es Cristian Bruno Figueroa, el que está acusado de ser el autor material del crimen, quien le disparó al agenciero en el abdomen.
Esa mañana, llegaron a la farmacia los cuatro, Andresito, Ruffino, Figueroa y él. El dueño – en rigor sería familiar de la dueña – de la farmacia salió a la vereda y charló con ellos sin que nadie salga del coche. “Se ve que se conocían con Andresito, porque se acercó al auto como si nada. De acuerdo al relato, Alfredo Manuel S. “nos dijo que Oldani se iba a cagar, que no era necesario que llevemos armas y nos dio una descripción de la galería. Nos dijo que vayamos de parte de ‘El Mono’, que él siempre va y cambia ahí los dólares, díganle que quieren cambiar 12 millones de pesos. El tipo de la farmacia nos dijo que vayamos después de las 4 de la tarde, que ya no estarían la hija y la empleada en el local. Esa tarde fuimos todos, con la chica, en el Corolla, pero el Palio nos seguía de atrás”. Los tres, menos Ruffino se bajaron a la altura de UPCN en calle Rivadavia, caminaron hasta La Rioja y entraron luego a la galería. El imputado colaborador quedó de campana. Ruffino siguió la marcha con el Corolla blanco y se estacionó en la delegación de Aguas Santafesinas, en frente del local de Oldani, unos 30 metros adelante, en dirección a calle 25 de mayo.
El imputado dijo que “no vio armas de fuego adentro del auto”, pero sí precintos de plástico que eran para retener a Oldani, si se complicaba. “si yo sabía que había armas no me subía al auto ni de mañana ni de tarde, sabía que a esa hora esta súper poblado el centro y está lleno de cámaras. Yo creía que era todo fácil, que era ir de parte del Mono y hacer el trabajo. Nunca supe la plata que se llevaron en el bolso”
«ANDRESITO» conduce un programa de radio en FM local con información del club Colón. Para el fiscal, es el reclutador del grupo que asaltó el local de Oldani y provocó su muerte.
“Le pegué un tiro”
Cuando Oldani forcejeó la tenencia de un morral con la chica y con Figueroa, Damiani que estaba en la puerta de la Galería sintió el disparo. Figueroa huyó y él sale detrás, pero queda la mujer dentro de la galería disputándose el bolso con el malherido agenciero. Damiani vuelve pero antes de re ingresar a la galería sale la chica y se vuelven al Corolla. Ruffino espera en el auto y aprieta el acelerador. Informó a los otros que tomaría por Circunvalación. En el interior del Toyota se exhala sólo adrenalina y Figueroa verbaliza lo que todos sabían: “le pegué un tiro”.
El colaborador señalo que la idea de Ruffino era tomar la Avenida de Circunvalación para ir a Recreo. Pero antes pararon en la zona de Nuevo Horizonte porque la chica quiso ir a su casa a cambiarse a ropa. “Seguimos hasta que llegamos a la casa de un tío de Ruffino, era un ranchito, con animales, estilo campo” Cuando Ferraro imputó a los 4 en la audiencia imputativa de hace 9 meses señalo que luego del hecho trágico para la familia Oldani, los cuatro se dirigieron a la casa de una persona de apellido Verón, en barrio Los Troncos. Que, al contrario de lo que dijo Ruffino cuando declaró – que dijo haber llegado solo – , a ese rancho llegaron los cuatro del hecho de la galería. Al rato llegó el Palio, supuestamente con “Andresito”, y allí subieron todos menos Ruffino. Y se fueron.
Según Damiani, “Andresito llego al lugar con el dueño de la farmacia”, situación que los pesquisas trabajaron minuciosamente para corroborar la versión. “Sacame de acá le dije cuando llegó a la casa del tío de Ruffino, me subí al auto y me llevó a mi casa, yo quedé re traumado, no volvía a hablar con él”.
Los detenidos
Según fuentes del MPA local, Andrés Kaipl vive en Santa Fe, fue RRPP de varios boliches de la ciudad. Actualmente tiene un programa radial del club Colón de Santa Fe. El otro, Alfredo Manuel Sadonio es el esposo de quien aparece como propietaria de una farmacia en calle Junín, frente a una de las entradas del club Macabi. Ambos llegarán a la imputativa en estado de detención.
Autor: Héctor M. Galiano (hemagal@hotmail.com)