El fiscal federal denunció a su par provincial. En el mismo dictamen asegura que en la agencia de turismo funcionaba una casa de cambio ilegal en donde circulaba dinero negro de la Policia regional.
En una de las resoluciones más impactantes de los últimos tiempos desde el punto de vista institucional – judicial de nuestra región, el fiscal federal Walter Rodríguez (foto) firmó un dictamen el pasado 18 de agosto en donde denunció a la fiscal de grado del MPA local por el delito de encubrimiento en el que pudo haber incurrido Cristina Ferraro, la fiscal del área de Homicidios que tuvo bajo su órbita la investigación del crimen del empresario del rubro turístico Hugo Oldani. Para el fiscal Rodríguez la funcionaria del MPA hizo desaparecer rastros, pruebas o instrumentos del ilícito, agravado por tratarse de una figura penal especialmente grave y por su calidad de funcionaria pública.
En su dictamen – que fue celosamente custodiado hasta este martes, cuando se llevaron adelante los allanamientos pedidos en el escrito – el fiscal refiere a las circunstancias en las que se desarrolló la pesquisa en los primeros momentos del homicidio del empresario, asesinado en la calurosa tarde del 11 de febrero pasado. Y también destaca el tenor de la denuncia que hace tres meses presentara en su fiscalía el ministro de Seguridad, Marcelo Saín, sobre este tema en particular.
La pesquisa del fiscal federal, quien dirigió a un grupo especial de la Policía Federal para esta tarea, da cuenta de un movimiento de gastos cercanos a los 300 mil pesos mensuales por parte de Oldani, quien se dedicaba a las tareas de cambio chico con dinero que resguardaba en un morral, que fuera robado por los atacantes que acabaron con su vida hace seis meses. “Además de esos movimientos chicos, Oldani realizaba operaciones con operadores de mayor envergadura, de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos”. Los operadores o cambistas ingresaban por la cochera que tiene la galería Rivadavia, colocaban sus coches en las dársenas, bajaban con cajas de cartón, iban a la empresa Oldani y regresaban al vehículo, de acuerdo a lo que pudo reconstruir el funcionario federal que, de acuerdo a informes de la PFA incorporados en la causa “manejaba dinero de correspondía a policía de Santa Fe, específicamente a la Regional 1 y a las Motorizada”. Un dato indiciario señalado en el dictamen de Rodríguez es un dato indiciario de interés. Poco después del homicidio había quedado grabada en la pantalla de una calculadora en el local del empresario un número: 16.800.000. Como Oldani está muerto la justicia no puede perseguirlo penalmente y eso lo deja en claro la primera parte del escrito, no sin antes mencionar el rol del infortunado empresario santafesino.
Intermediación financiera
Sobre esta hipótesis trabaja el fiscal en la segunda parte de su dictamen, enfatizando las dificultades detectadas a partir de las enormes irregularidades en la investigación. Para Rodríguez la agencia de turismo era el paraguas protector para el verdadero negocio que era el intercambio de divisas, que surge del estudio de papeles, documentos e instrumentos financieros hallados en el lugar a pesar de las enormes falencias de la fiscal Ferraro en resguardar pruebas de vital importancia en la investigación, como el dinero hallado en el lugar por pesquisas de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) que no fue secuestrado por Ferraro la noche del crimen. Los investigadores de la AIC dejaron plasmado en dos informes que están dentro del legajo de investigación que Ferraro no tuvo el dominio sobre las pericias iniciales, sino que fueron coordinadas, prácticamente por la hija del asesinado y su yerno, al punto tal que no pudieron ingresar al local 30 del salón comercial porque lo impidió Virginia Oldani. A la semana , cuando regresaron a local por otras medias, la plata ya no estaba, como informó Zona Crítica citando informes reservados de la AIC. En ese sentido, la hija del asesinado declaró como testigo en el expediente y dijo que la plata la sacó ella son su esposo esa misma noche porque la autorizó la fiscal Ferraro, y que se llevó el dinero en una mochila y dos portafolios con ayuda del marido, llamado José Luis Hernández. Cuando el fiscal Rodríguez le preguntó por oficio a Ferraro sobre los dichos de la mujer y su esposo, la fiscal denunciada respondió con vaguedades y esquivando la respuesta.
Una foto en “Zona Crítica”
Rodríguez menciona también que Ferraro se anotició el pasado 28 de febrero, a través de una nota publicada por este portal el 22 de febrero, de la posible existencia de mucho dinero en el local de Oldani. La crónica de este medio incorporaba dos fotografías de billetes y una caja fuerte que forman parte del legajo de la IPP a la que tuvo acceso Zona Critica también en el mes de febrero. Ferraro ordenó con ésa sola información abrir una legajo por delitos contra el orden económico en el MPA, investigación que derivó en el Organismo de Investigaciones. Para el fiscal federal ese motivo – la publicación de la fotografía y no la decisión de Ferraro- es “un gran interrogante respecto a la capacidad que tiene una imagen para transmitir información de relevancia jurídica y justificativa de la puesta en marcha de una investigación penal (…) una imagen no puede dar cuenta de hechos precedentes o consecuentes que motivaron la sospecha aludidas, ni los sujetos involucrados en los sucesos. Para el caso que el dinero fotografiado fuera el único elemento material objeto de investigación, viene al caso decir que ello nunca hubiese ocurrido, sin que no se haya manifestado previamente un quiebre del resguardo y custodia de los bienes hallados en la jornada en la que mataron a Oldani”.
Según estimaciones que hicieron especialistas de la División Scopometria de la PFA, la suma que estaba en los estantes del local de Oldani era de aproximadamente 3.050.000 de pesos y 1.100.000 dólares.
Autor: Héctor M. Galiano
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