Home » Locales » Negocio narco: la principal hipótesis detrás de una saga de asesinatos en la ciudad

Negocio narco: la principal hipótesis detrás de una saga de asesinatos en la ciudad

La imputación a un grupo de personas por varios homicidios ocurridos en los últimos meses, entre ellos el del boliche «La Loca», puso al descubierto un accionar criminal muy violento. El móvil puede estar vinculado al control por la venta de drogas en el noroeste de la ciudad. La insoportable vida de los vecinos entre balaceras y amenazas. Complicidad policial y negocios millonarios.

“Pandu” no pensó que esa noche del 13 de marzo pasado la vida se le iba a apagar con dos disparos. Uno le ingresó por la zona de la clavícula, le perforó el pulmón y salió. El otro, le dio en el muslo, y quedó alojado en la zona coxofemoral derecha. Ambos a corta distancia. Fueron letales. Joaquín Ojeda cayó muerto a las 5 de la mañana de ese día en la esquina de Avenida Alem, en la intersección de Sarmiento y Fray Justo Santa María de Oro, en pleno barrio Candioti donde está el boliche «La Loca». A pocos metros de allí se levanta el más fastuoso complejo inmobiliario de la ciudad, donde conviven negocios limpios y claros y de los otros.

Los compinches de “Pandu” sacaron los fierros contra quienes minutos antes habían llegado al lugar en un auto Corsa color rojo, propiedad de Ariel “Cone” Mendoza, quien iba ese día en el interior del coche, junto a Enrique Gauna, alias “Timbre”, Joel Valsicovich y Laureano Ruiz Díaz, alias “Patota”, quien se encuentra prófugo y, según las fiscales de la Unidad de Delitos Complejos es quien descendió del Corsa y realizó los disparos con una Magnum 357.

Luego de la caída al suelo de “Pandu” siguieron sonando las balas. “Patota” disparó y corrió hasta el coche donde estaban los otros tres. En ese lapso se tirotearon en plena calle y con mucha gente alrededor, con el “Pulguita”, un amigo de “Pandu”. El Corsa no logró arrancar por problemas mecánicos y los cuatro salieron corriendo hacia el Oeste, por calle Fray Santa Maria de Oro. Retomaron por Alem hasta Marcial Candioti y subieron a un coche blanco al mando de Brenda Bergallo, pareja de “Cone” Mendoza. Jésica Mieres y Abraham Aguilar recibieron disparos de armas de fuego al quedar en medio del fuego entre las bandas.

Este martes llegaron a la audiencia imputativa en Tribunales Mendoza, Valsicovich y Gauna, todos representados por los abogados penalistas Héctor Acuña, quien fuera hasta hace poco Director del Servicio Penitenciario, y Sebastián Oroño. Las fiscales Laura Urquiza y Mariela Jiménez le adjudicaron al grupo una serie de hechos violentos, pero sobre todo a Gauna, quien quedó muy comprometido con otros crímenes ocurrido en los últimos meses. Pero lo que no se ventiló en la audiencia es el móvil del homicidio de “Pandu” Ojeda. Tal vez porque excede la jurisdicción del MPA y debe ser investigado en la órbita federal.

Una mula del “Pulga”

En el barrio Nuevo Horizonte todos conocían de algún modo la historia de “Pandu”. Sus allegados creen que fue por culpa del “Pulga” que terminó perdiendo tan joven. Los amigos recuerdan que “Pandu” con tan solo 14 años fue acogido por la familia de Claudio Andrés Casco, alias “Pulga” o “Tuerto” como si fuera uno de ellos. A veces Casco le confiaba misiones peligrosas, traslados de dinero o recepción de bultos. Era más que una mula. Eran los tiempos en que los Casco vivían en Pedro Espinoza al 6.200. La pareja de “Pulga”, Lorena Melgarejo tiene un largo recorrido en el mundo narco. El matrimonio está prófugo y con pedido de captura internacional porque para la justicia federal tenían el dominio sobre un cargamento de marihuana que trajeron en una avioneta en febrero de 2020, y que tuvo un aterrizaje forzoso en Naré, departamento San Justo. El Pulga y Lorena adoptaron a “Pandu”, al punto que, el pibe iba a un lugar, era en representación del “Tuerto”. Para los investigadores locales Ojeda era quien mantenía a salvo los fierros y la merca o el faso, según el caso. Casco tenía otro ladero, “Cuchito”, una suerte de recaudador que juntaban la plata de los kioscos para que luego el “Pulga” la busque por el aguantadero. En ese staff también se destaca un tal “Nico” y hasta hace poco el “Gordo Lechuga”, quien fue detenido hace unos meses en una causa que lleva adelante el Fiscal Federal Gustavo Onel. En ocasiones las mulas iban tres o cuatro veces por semana a cada kiosco o boca de expendio de drogas y regresaban con bolsas entre 150 y 200 mil pesos por vez. El grupo no sólo manejaba pesos y dólares. A veces hacían circular euros o guaraníes y contaban con un contacto dentro del complejo portuario al que, cada tanto, le llevaban plata. Investigadores policiales – locales y federales ,ajenos al circuito corrupto del negocio – y funcionarios de la justicia, no dudan en reconocer que la muerte de Ojeda se inscribe en la fenomenal guerra por la extensión y control de la venta de drogas en todo un corredor que incluye Nuevo Horizonte, San Agustín, Yapeyú, Cabal, La Loma, hasta Laguna Paiva. En esa disputa se cuentan con mayor frecuencia a jóvenes de los barrios populares de la ciudad.

La calle como testigo

En el barrio todo el mundo comenta  que “Pulga y Lorena pagaron el sepelio y el nicho de Pandu”. Melgarejo, a quien en las conversaciones por teléfono llaman a veces como “La tía”, quedó muy dolida con el final de Ojeda. Por cierto, ya se veían venir un hecho de ese calibre, sobre todo después que el mismo grupo que mató a “Pandu” le quitara la vida a Marcos Gauna el 24 de septiembre pasado. Ese día, el “Timbre” Gauna, “Patota” Ruiz Díaz y Mario Falomir, alías “Ojón”, llegaron hasta la casa de Gauna en Menchaca al 9.700 y le dispararon con armas calibre 9mm. Gauna era del grupo de “Pulga”, en realidad, era más que éso: era la pareja de su sobrina de sangre. Este hecho fue imputado también este martes en tribunales. En esta lógica del código de fuego, “Ojón” fue asesinado en una balacera el pasado 30 de abril en el barrio Yapeyú.

De acuerdo a una reconstrucción basada en fuentes oficiales y extraoficiales, el grupo que llegó a “La Loca” el 13 de marzo pasado tenía como fin matar a Ojeda y así forzar la presencia de Casco en el lugar del hecho o en el velatorio y allí “matarlo por diferencias vinculadas al narcotráfico”. Sin embargo Casco y Melgarejo saben que no pueden “regalarse”. Por un lado el enfrentamiento abierto con el grupo que mató a “Pandu” es evidente y por el otro, no pueden arriesgarse a una detención. Bastante valiosos son sus contactos con personajes claves en el área investigativas de la policía, que los mantienen informados sobre cualquier movimiento dentro de la justicia federal o provincial que pretenda dar con ellos. Se suele detectar en las pesquisas que su principal fuente dentro de la policía era un tal “Martín” o “El Patrón”, vinculado al área de antinarcóticos. “Martín” siempre fue el mejor informante. Por ejemplo, el 11 de enero de 2021 le informó a Lorena Melgarejo, por vía mensaje de Whast App que “levante todo lo que tenga porque llegó un oficio a la Brigada (de Drogas, proveniente de la justicia federal) para allanar un kiosco en Nuevo Horizonte. En una de sus últimas conversaciones telefónicas Lorena se lamentó que a “Martín” lo hayan corrido del lugar relevante que tenía hasta hace poco dentro de la fuerza. Tal era la relación entre la pareja y sectores policiales que llegaron a tener el listado completo del parque automotor de vehículos oficiales del área de Drogas y Trata de Personas de la policía santafesina en archivos bajados de las líneas secuestradas a personas que históricamente trabajaron para Casco y Melgarejo.

La banda de “Cone”

El 27 de noviembre pasado, el imputado “Timbre”, el prófugo “Patota” y el asesinado “Ojón” montaron una riña en la zona de la Bajada El Chijí en inmediaciones de las calles Alisos y Estrella Federal de Sauce Viejo, en donde mataron de varios disparos a Laureano Chiani mientras se tiroteaban con otro grupo en el lugar. A cuatro cuadras de allí está emplazada la quinta que poseen Casco y Melgarejo, producto de una maniobra de lavado de dinero en la que participaron en el 2016 el entonces hijastro de Luis Paz, Emanuel González y el narco paranaense condenado Gonzalo Caudana.

Diez días antes del crimen de “La Loca” “Timbre” y “Patota” interceptaron a Leonel Torrila en el barrio San Agustin I y le dispararon con un arma calibre 22, luego se subieron a un auto blanco y huyeron.

En la audiencia imputativa también se acusó a Walter “Kinoto” Gómez, por amenazas en perjuicio de un familiar de “Pandu” Ojeda a través de un perfil falso de Facebook. “Kinoto” fue detenido hace unos días por la AIC en la estación de ómnibus de Santa Fe cuando quería regresar al Chaco, en donde se encuentra preso por un delito federal. El fin de semana en el que fue detenido por la policía local se encontraba gozando del beneficio de una salida transitoria y aprovecho para volver a Santa Fe, a un festejo de cumpleaños, según dijo.

Autor: H.M.G (contacto@zonacriticaonline.com)

Etiquetas

Add To TwiiterRetweet This Post item information on FacebookShare This Stumble ThisStumbleUpon This Digg ThisDigg This Add To Del.icio.usBookmark This

About The Author

Deja una respuesta