Caso Oldani : el posible rostro del “farmacéutico” que entregó el dato del robo

Un imputado colaborador aportó las principales formas faciales. La misma persona no reconoció al bioquímico Sadonio en una ronda de personas. ¿Quién es entonces el hombre que habría aportado el dato clave a la banda que asaltó y mató al empresario?

-“¿Cómo era el hombre?, Morrudito, morochito, petisito”, dijo el imputado colaborador de la causa que investiga el crimen del empresario Hugo Oldani en los primeros días de agosto en la sede de tribunales, donde llegó un viernes por la tarde con su abogado, para dar una declaración secreta y acogerse a la figura que el código prevé para aquellos que aporten datos relevantes en una causa penal. “Se ve que era el dueño de la farmacia porque  había empleadas adentro, y tenía contactos previos por celular con Andresito, porque él lo llamó antes de llegar a la farmacia, que está en una esquina, se llega por calle Belgrano”, dijo el imputado. “Andresito”, es Andrés Kaipl, el otro detenido en la tarde del 29 de diciembre pasado, a quien la Fiscalía le imputó el rol de reclutador de la banda. “El farmacéutico dio las instrucciones de todo, nos dijo que vayamos a la galería, hizo una descripción de todo, que vayamos de parte del “Mono”, que es muy amigo de él que siempre va y le ingresa plata, nos dijo ‘vayan y díganle que tienen 12 millones de pesos para cambiar por dólares’, dijo que el hombre del local de la galería era muy cagón y que no era necesario llevar armas. Nos dijo que vayamos después de las 4 e la tarde que a esa hora ya no estaban ni la hija ni la empleada. No dijo que nos iba a recibir por una puerta del local de Turismo pero que después nos iba a hacer pasar a otra zona, separada con una puerta, donde tenía la caja fuerte”.

Según el colaborador, eso sucedió el martes 11 de febrero pasado, en horas de la mañana cuando fueron a ver al “farmacéutico” en el auto Fiat Palio de Kaipl, que lo pasó a buscar alrededor de las 10 de la mañana en su vehículo, donde también estaban el grueso de la banda que asaltó por la tarde el local, o sea, él, con Juan Manuel Ruffino y Bruno Figueroa, a quien se sindica como el autor material del disparo mortal. Faltaba a chica, que esa mañana, según la versión, no formó parte del encuentro. Luego del cónclave, Kaipl llevó al imputado arrepentido hasta su casa. Quedaron en verse por la tarde, ya para llevar adelante el atraco. “Andresito” lo conocía al declarante de la noche, de los tiempos de “La Loca”, en la Avenida Alem.

– ¿Dónde queda la Farmacia?, quiso saber el Fiscal.

– Pegada a la esquina sobre calle Belgrano, de Boulevard, unas tres cuadras para el norte. Me podría ubicar haciendo el recorrido, sé que hicimos el camino por Belgrano y doblamos y enseguida estaba la farmacia.

– ¿Entraron a la farmacia?

– No, toda la conversación fue desde arriba del auto, le voy a ser sincero, yo creo que ellos ya tenían planeado todo eso…

«EL FARMACEUTICO»: El imputado colaborador asegura que el Identikit del posible aportante del dato «tiene una fidelidad del 80%».

ALGO DE ROMPE EN LA TENSA CALMA DEL VERANO SANTAFESINO

El 29 de diciembre, en la cochera de la Farmacia ubicada en Diagonal España al 3100, cerca de las 19  horas, una comisión del Organismo de Investigaciones del MPA detuvo al bioquímico de 59 años Alfredo Sadonio. El fiscal Gonzalo Iglesias había pedido la detención 15 días antes. La de él y la de Kaipl, hecho que se retrasó por un aislamiento del “bolichero” por cuestiones relacionadas al Covid. Para Iglesias, Sadonio era el hombre que había aportado el dato del robo a la galería Rivadavia con el resultado conocido. El 12 de agosto, el imputado colaborador aportó datos fisonómicos del “farmacéutico” que es el que ilustra esta nota. Puede verse una frente amplia, rostro duro. Ojos bravos, profundos, algunos pocos pelos en el centro de la cabeza. Para el colaborador, el dibujo final tiene una fidelidad del 80 % respecto a la persona que  señala como “el farmacéutico”. Sin embargo, en una rueda de personas, no reconoció a Sadonio entre los perfiles exhibidos, diligencia que fue clave para que le defensa del detenido solicitara la libertad con medidas restrictivas, acordadas con la Fiscalía. “Quiero salvar mi buen nombre no tuve nada que ver con éste hecho” dijo el bioquímico que dijo que iba a acreditar que esa mañana, la del 11 de febrero, estuvo a 100 kilómetros de distancia de la capital santafesina. Si ese aporte de Sadonio se verifica, difícilmente se pueda volver a la carga sobre él en materia penal. A excepción, como señalan algunos pesquisas que “no haya sido el hombre que vio el imputado colaborador, pero haya tenido igualmente un rol”. El profesional estuvo 11 días preso en la cárcel de Las Flores, viviendo una novela de terror, propia de quien ingresa al Servicio Penitenciario por primera vez, con aprietes de un lado y de otro, pasando las horas como un perro.

ALFREDO SADONIO. Estuvo 11 días detenido en Las Flores. Él y su abogado aseguran que no existe ni una prueba que lo relaciones al crimen de Oldani

Pero si Sadonio no es el hombre que aportó el dato a la banda, ¿Quién fue?. El arrepentido detalló que luego del robo, en donde él tenía que cumplir el rol de campana en la puerta de la galería, se subieron al Toyota Corolla de Figueroa, se fueron a la casa de una pariente de éste en barrio Los Troncos. En el auto era todo nerviosismo. El atraco había terminado de la peor manera, sin el dinero – según el relato – y con Oldani herido de gravedad.  “La idea era no llevar armas, sino cintas para atarlo si era necesario”, señaló.

–¿Cuál fue el rol de Andresito?, se interesó el fiscal

– Estaba estacionado a la vuelta, en el otro ingreso a la galería.

– ¿Igual que a la mañana?

– Sí, exactamente

-¿Y usted a que auto se subió?

– Al Toyota, donde llegamos. El que primero se subió fue el vago que disparó (Figueroa) y ahí el gordo (Ruffino) aceleró y agarró para el lado de la Avenida de Circunvalación. Paramos en la casa de la chica que quedaba cerca del Mercado de Abasto, ella se cambió de ropa y seguimos para el lado de Recreo, y de ahí nos fuimos a la casa de un primo de Ruffino. Una casa humilde, quintita, ranchito. El primo era un flaquito, alto, morocho, lleno de tatuajes de Colón. Al rato llegó Andresito en el Palio y le dije ‘sacáme de acá ya’. Le doy otro dato, el que llegó con Andresito en el auto era el farmacéutico. Yo me voy con ellos, con Andresito y el dueño de la farmacia. Me dejaron en mi casa.

El arrepentido narró que se discutió mucho lo sucedido apenas se llegó al rancho y que ahí Figueroa contó que había habido un forcejeo con el hombre del local. “Andrés no me dio explicaciones, nunca más me mandó un mensaje. Yo quedé re traumado”.

“El Farmacéutico” sigue siendo una incógnita. La Fiscalía valoró enormemente el testimonio del arrepentido. En relación al rol de Kaipl, fue contundente, y los pasos señalados fueron corroborándose. Pero, si  Sadonio fue descartado por el propio colaborador y no hay evidencia hasta hoy para incriminarlo o  atarlo al hecho, ¿ quién fue entonces el hombre que charló ése 11 de febrero desde la vereda de una farmacia con el grupo criminal y habría aportado el dato?. En una de las audiencias se pronunció un nombre, vinculado al rubro de los prestamistas en Santa Fe. ¿El Mono?, ¿Existe?. ¿Es un hombre de la noche, vinculado a los negocios golondrinas con llegada al submundo de la droga y el crimen, o es una fantasía?. El Prestamista, ¿es una coartada para desviar la atención, corregir un error enorme de los pesquisas, o es un hombre con ligamen al mundo narco, con propiedades en la ciudad y la zona?. Algunos se atreven a aseverar que en el cruce de llamadas del día del crimen puede haber una pista. Pero después de lo ocurrido con Sadonio, nadie se atreve a afirmar nada.

Autor: Héctor M. Galiano