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Un año esperando la extradición de Candioti

La justicia argentina libró un pedido de captura internacional contra el ex dirigente de Colón y la AFA en marzo de 2012. Luego de estar 436 días prófugo, fue detenido el 23 de mayo de 2013 en Montevideo, Uruguay. Desde allí apeló la extradición y estira su regreso al país, donde será juzgado por crímenes de lesa humanidad cometidos en La Plata. Fue militar, agente del Batallón 601 y actuó en La Cacha, el centro clandestino de detención en el que nació Guido Carlotto, el nieto que Estela aún busca.

El sábado 11 de febrero de 2012 Alberto Julio Candioti concurrió al Hipódromo de San Isidro, donde disfrutó del Gran Premio Miguel Alfredo Martínez de Hoz. Recibió premios y fue fotografiado, sonriente, por los medios especializados que cubrieron la carrera.

Ese día celebró el triunfo de Bogeyman, caballo del stud Keyser Soze, propiedad de Carlos Felice, Secretario General de la Unión de Trabajadores del Turf y Afines y titular de la Obra Social del Personal de la Actividad del Turf, en las que Candioti se desempeñaba como asesor jurídico.

Fue su última aparición pública: el 6 de marzo de 2012 el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal N° 3 de la ciudad de La Plata, a cargo del juez Arnaldo Corazza, emitió una orden de captura internacional contra Candioti, por su participación en crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura. A esa altura, ya había abandonado su departamento y su estudio jurídico, ubicados en calle Corrientes, en Capital Federal, y había dejado de frecuentar los lugares por los que habitualmente se movía.

Estuvo durante más de un año prófugo de la justicia, hasta que el 23 de mayo de 2013 fue detenido en el coqueto barrio Pocitos, en Montevideo, Uruguay. Desde ese día, con la defensa del abogado Guillermo Balabán, estira su regreso al país, para evitar ser juzgado.

Su detención, paso a paso

La Policía Federal Argentina le informó al Juzgado Federal N° 3 de La Plata que había detenido a Candioti el 23 de mayo de 2013. Un día después, la Unidad Fiscal pidió su extradición y el juez Humberto Blanco dicta la orden el 27 de mayo.

La extradición fue concedida por la jueza uruguaya Julia Staricco Campodónico el 16 de septiembre, pero fue apelada por la defensa de Candioti y, desde ese momento, ya no hubo novedades en la causa.

Su actuación en la dictadura

Alberto Julio Candioti es uno de los aproximadamente 400 militares que integraron el Batallón de Inteligencia 601. Según la investigación judicial actuó en al menos tres centros clandestinos de detención: en la Brigada de Investigaciones de San Justo, en el Pozo de Banfield y en La Cacha. De su propio legajo militar se desprende que cumplió las funciones especificadas por las siglas S1 (Personal), S2 (Inteligencia) y S3 (Operaciones).

En San Justo se precisa que “en virtud del cargo que ostentaba, Candioti debe responder en orden a los hechos que damnificaron a las víctimas que estuvieron secuestradas en la Brigada de Investigaciones de San Justo durante su período de revista”. En Banfield se lo menciona como “Responsable de las áreas de Personal e Inteligencia en la Plana Mayor (cargos S1 y S2, respectivamente, nada menos), con el grado de capitán”.

El período en el que Candioti actuó como Jefe de la Sección Comando y Servicios del Destacamento 101 (entre el 9 de enero de 1978 y el 7 de abril de 1979) lo ubica, por su jerarquía, como uno de los hombres con poder decisión sobre La Cacha. Su nombre está entre esa “plana mayor” del 101 antes mencionada, puntualmente en el año 1978. En ese lugar estuvo secuestrada Laura Carlotto. Allí dio a luz a Guido, el nieto que Estela, titular de Abuelas de Plaza de Mayo, aún busca.

En Santa Fe, además, se lo investiga por la desaparición del conscripto Roberto Daniel Suárez, que estaba bajo sus órdenes en el Batallón de Ingenieros Anfibios, ubicado en Santo Tomé.

Fue un importante dirigente deportivo en Santa Fe: ocupó distintos cargos en Colón, entre ellos representante en AFA y vicepresidente. En la sede de calle Viamonte también se destacó: de estrecha amistad con Julio Humberto Grondona, fue durante mucho tiempo su secretario adjunto y su asesor jurídico.

Autor: Nicolás Lovaisa

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